El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears, José María Mir, reconoce que cada vez es más complicado que se mantenga el ritmo de encarecimiento, al menos en Palma y sus inmediaciones, debido a que éstos se han situado ya en unos niveles a los que resulta muy difícil llegar para la mayoría de las familias mallorquinas.

El representante de los APIs pone de relieve que en estos puntos, donde la demanda es especialmente intensa, las rentas que se piden para el alquiler de una vivienda de tres habitaciones se están moviendo entre los 1.200 y los 1.500 euros mensuales.

Para los pisos de dos habitaciones, se está oscilando entre los 900 y los 1.100 euros al mes.

Finalmente, en el caso de una vivienda con un solo dormitorio esa franja se sitúa entre los 700 y los 800 euros mensuales.

Demanda mayoritaria

Estos precios de referencia corresponden a barriadas 'normales' es decir, no a espacios con un especial peso de la demanda de alto nivel, donde esos importes son más altos, ni a los más degradados o a las viviendas en un peor estado de conservación.

Pero sí son un referente en relación a los inmuebles a los que aspiran la mayor parte de las familias, y explican las dificultades existentes para poder acceder a una residencia si se tienen en cuenta los salarios habituales en Balears, inferiores a la media estatal.

José María Mir señala que hay poblaciones de la part forana en las que se pueden encontrar alquileres algo inferiores a los antes señalados, pero insiste en que la mayor presión de la demanda se está registrando actualmente en la zona de Palma y sus proximidades.