El caudal de los torrentes que recorren Pollença se ha reducido a la mitad en unas pocas horas y la situación está volviendo a la normalidad en este municipio, según destaca su alcalde, Miquel Angel March. Pese a ello, no oculta que en algún momento todos se han desbordado y se han registrado incidentes, aunque no de carácter grave, como chalets que han quedado aislados por el agua, ocupados muchos por turistas, o sótanos que se han inundado.
Precisamente para las personas que han tenido que ser desalojadas se ha habilitado el salón parroquial del Port, con ropa seca y alimentos, aunque a las 13 horas nadie había tenido que ser llevado hasta allí, según ha apuntado March. Fuentes del sector han señalado que las agencias que comercializan estos inmuebles han tomado medidas para realojar a todos los clientes posibles.
El alcalde destaca que durante un par de horas el pueblo ha estado totalmente incomunicado, al cerrarse todas las carreteras con la excepción de la que lleva al puerto. En la que comunica esta población con Lluc, el motivo no ha sido el agua, sino la caída de árboles y desprendimientos de tierra.
Las lluvias no han obligado a cerrar los colegios, pero debido a esa incomunicación muchos profesores no han podido llegar a los centros. Además, en algunos casos se ha suspendido el servicio de comedor, al no llegar tampoco los alimentos.
Un aspecto destacado por March es que el desbordamiento de los torrentes, al haber caído de 120 a 150 litros, ha permitido comprobar que el Pont Romà ha resistido sin problemas "tal y como lo viene haciendo desde hace 700 años". En cualquier caso, el alcalde ha lamentado que algunas personas hayan intentado acercarse a los puentes de los torrentes para hacer fotos o videos, lo que ha llevado a la Policía Local a evitar que se aproximaran a zonas peligrosas.
También se ha hecho un llamamiento para evitar que la población saliera a la calle durante los momentos más conflictivos.
