El próximo lunes se iniciarán las obras de construcción del desdoblamiento de la polémica carretera entre Llucmajor y Campos. El pasado día cuatro de este mes de octubre se firmó el acta de replanteo que daba el visto bueno a la concesionaria de las obras para iniciar los trabajos. Las labores se iniciarán con las catas para evaluar el estado del terreno y la señalización de unas obras que cuentan con un presupuesto de 27 millones de euros.

En este inicio de obras se producirá una situación muy poco habitual, casi insólita. En un proyecto de esta envergadura no está prevista la foto oficial de los políticos colocando la primera piedra de la obra. Tras la polémica generada por el enfrentamiento entre el Consell y los grupos ecologistas, ni la consellera de Territorio, Mercedes Garrido, ni tampoco el presidente de la institución insular, Miquel Ensenyat, quieren alimentar la polémica y no acudirán a dar el pistoletazo de salida de las obras. Saben que van a encontrarse con las pancartas de los activistas antiautopista afines a sus partidos. Es inusual que los políticos no acudan a colocar la primera piedra y hacerse la pertinente foto oficial de un proyecto de mucho calado económico: 27 millones. Y más todavía si tenemos en cuenta que tanto Ensenyat como Garrido serán candidatos a las elecciones autonómicas e insulares del próximo mes de mayo.

Hay que recordar que Ensenyat mantuvo un fuerte enfrentamiento con el GOB, a cuyos miembros acusó de "irse de vacaciones cuando gobernaba el PP", en claras alusiones a las duras críticas vertidas por los ecologistas contra los partidos de la izquierda que gobiernan en el Consell por promover, a su entender, "autopistas". Més, partido de Ensenyat, tuvo que salir al paso para mediar en el conflicto, ya que muchos de sus votantes pertenecen al grupo ecologista.

Por otra parte, en el pleno de ayer los votos del Pacto de izquierdas sirvieron para tumbar la moción conjunta de la oposición que acusaba al Consell de "modificar el plan de carreteras de forma ilegal" al hacerlo presentando alegaciones al Plan de Movilidad del Govern. Garrido negó que su intención fuese modificar el plan de carreteras.