La pobreza afecta más a las mujeres que a los hombres. Un 26,2% de la población femenina de las islas padece el riesgo de sufrir esta situación o caer en la exclusión social (147.000 personas) porcentaje que se rebaja hasta el 23,3% en el caso de los varones, según se desprende del estudio elaborado por la Xarxa per a la Inclusió Social.

"La feminización de la pobreza sigue vigente en Balears y no parece disminuir con la recuperación económica", se lamenta. Entre las causas, se señalan las diferencias en los salarios por género, los estereotipos que frenan el acceso de las mujeres a algunas profesiones o la doble jornada que supone el tener que asumir las labores del hogar.

Por lo que respecta a las pensiones, el informe desvela que "el 33,3% de los pensionistas, se decir, 62.630, recibe una renta inferior al umbral de la pobreza", fijado en 609 euros mensuales, "lo que evidencia la necesidad de incrementar las pensiones mínimas y de mejorar las condiciones salariales para en el futuro poder tener una pensión digna".

También empeoró en 2017 frente al ejercicio anterior la población balear que vive en condiciones de privación material severa, que ha pasado de suponer un 3,7% a un 6,9%. Eso significa que más de 76.000 isleños no pueden hacer frente a cuatro de los siete conceptos de consumo básico definidos por la Unión Europea.

Por ejemplo, un 36,8% no puede asumir gastos imprevistos, y un 18,4% tiene problemas para calentar su hogar en invierno. En este aspecto, se recuerda que la pobreza energética y el precio de los alquileres deben de ser una prioridad política.

Estas organizaciones añaden que 33.000 isleños viven en hogares con baja intensidad de trabajo, una cifra que baja pero sobre la que se destaca que "las condiciones laborales son mucho peores y son muchas las personas que necesitan dos trabajos para llegar a un sueldo de los de antes de la crisis". "Los contratos basura y la figura del trabajador pobre ya son una realidad que se ha establecido en Baleares", se concluye.