El riesgo de pobreza sigue aumentando en Baleares pese a la recuperación económica y a unas temporadas turísticas con cifras récord, y las islas "se están convirtiendo en el paraíso de la desigualdad social". Estas son las conclusiones que se desprenden del Informe del Estado de la Pobreza en el archipiélago elaborado por la Xarxa per la Inclusió Social-EAPN Balears.

Según este estudio, un 25% de la población de Baleares, es decir, más de 276.000 personas, cerró el pasado año en riesgo de pobreza o de exclusión social, lo que supone un aumento de cinco puntos en relación a 2016, cuando esta tasa era de un 20%.

En este documento se destaca precisamente que la recuperación económica de las islas "se está sustentando en un incremento de las desigualdades sociales", lo que evita que se reduzcan las bolsas de pobreza.

Así, se subraya que 87.000 personas de las islas "sobreviven" con 355 euros mensuales, lo que supone un 7,8% de la población balear. Estos casos de pobreza severa también han aumentado a lo largo del pasado ejercicio, al situarse tres puntos por encima respecto a 2016. Por ello, se afirma que "a pesar de la prosperidad económica, la tendencia actual es que los pobres sean más pobres".

Como se ha indicado, la Xarxa per a la Inclusió Social, formada por una treintena de entidades del archipiélago que trabajan para erradicar la pobreza (como Càritas, Cruz Roja, Projecte Home, Fundació Sant Joan de Déu o Metges del Mon, entre otras), define a las islas como "el paraíso de la desigualdad social, donde los ricos son más ricos y los pobres más pobres", y alerta sobre la "ineficacia de las políticas públicas para proteger a los más vulnerables y fomentar la redistribución de la riqueza". En este sentido, se subraya que el 11% de los baleares gana menos de 5.546 euros al año, lo que equivale a duplicar la tasa que existía en 2016, cuando este colectivo suponía un 5%.

Además, se afirma que los que ingresan menos de 1.000 euros mensuales han pasado de ser el 34% de la población balear en 2016 a agrupar a un 39% en 2017.

Por ello, se pone de relieve que en el archipiélago "hay muchos trabajadores a los que su sueldo no les da para sobrevivir y menos para pagar un alquiler, dado que la mayoría de los salarios han quedado estancados después de años de caída libre, mientras que el precio de la vivienda, sobre todo el del alquiler, se dispara".

Por contra, un 15% de los residentes en las islas gana 39.000 euros anuales o más, lo que supone el porcentaje más elevado de todas las comunidades con la excepción del País Vasco y Madrid.

"La desigualdad es excesivamente elevada, y la concentración de la riqueza en las personas situadas en la cima de la distribución del ingreso constituyen un motivo de gran preocupación", se afirma. En definitiva, "la brecha social crece a medida que la economía se recupera" y "la clase media tiende a desaparecer", se añade.

Por lo que respecta a las pensiones, el informe desvela que "el 33,3% de los pensionistas, se decir, 62.630, recibe una renta inferior al umbral de la pobreza", fijado en 609 euros mensuales, "lo que evidencia la necesidad de incrementar las pensiones mínimas y de mejorar las condiciones salariales para en el futuro poder tener una pensión digna".

También empeoró en 2017 frente al ejercicio anterior la población balear que vive en condiciones de privación material severa, que ha pasado de suponer de un 3,7% a un 6,9%. Eso significa que más de 76.000 isleños no pueden hacer frente a cuatro de los siete conceptos de consumo básico definidos por la Unión Europea. Por ejemplo, un 36,8% no puede hacer frente a gastos imprevistos, y un 18,4% tiene problemas para calentar su hogar en invierno. En este aspecto, se recuerda que la pobreza energética y el precio de los alquileres deben de ser una prioridad política.

Estas organizaciones añaden que 33.000 isleños viven en hogares con baja intensidad de trabajo, una cifra que baja pero sobre la que se destaca que "las condiciones laborales son mucho peores y son muchas las personas que necesitan dos trabajos para llegar a un sueldo de los de antes de la crisis". "Los contratos basura y la figura del trabajador pobre ya son una realidad que se ha establecido en Baleares", se concluye.