Cientos de personas abarrrotan el tanatorio de Manacor donde se está celebrando el velatorio de Joana Lliteras, una de las doce víctimas mortales de las inundaciones de Sant Llorenç. Familiares y amigos han dejado docenas de ramos y coronas de flores como muestra de cariño a la fallecida.

Las escenas de dolor se han repetido entre los asistentes, aunque han sido muchos los que, con una sonrisa, han querido destacar la vitalidad y el positivismo que desprendía Joana. Algunos amigos, tras conocer la noticia de su muerte, recordaban que "siempre escuchaba con atención, mostrando interés y preocupación y siempre que podía ofrecía algún consejo".

La familia ha informado de que aún no hay una fecha prevista para la celebración del funeral de la manacorina. No obstante, el obispo de Mallorca monseñor Sebastià Taltavull oficiará el próximo 17 de octubre una misa por las doce víctimas de las inundaciones registradas esta semana en el Llevant de Mallorca

El desbordamiento del torrente sorprendió a Joana Lliteras Planas, farmacéutica de Manacor , que iba en el coche junto a dos de sus hijos, de 6 y 7 años. En la rotonda de la salida de Sant Llorenç hacia Son Carrió, la riada empezó a arrastrar su turismo. Lliteras llamó a su marido para explicarle lo que le estaba pasando. La llamada se cortó abruptamente. La mujer logró sacar a su hija mayor, que fue rescatada por un testigo cuando flotaba en mitad de la riada. Lliteras y su hijo pequeño, Arthur, acabaron desapareciendo junto a su Hyundai negro. El cadáver de la madre fue localizado a en Son Carrió, cerca del cauce del torrente. El pequeño continua desaparecido