La segunda jornada 'post riada' evidenció como los trabajos de limpieza general, por parte de particulares, colectivos e instituciones, avanzan a un gran ritmo y van devolviendo a la normalidad los núcleos de s'Illot y Son Carrió, dos de los más perjudicados en la maltrecha comarca de Llevant. Eso sí, todo ello con un marcado sentimiento de angustia debido a que se siguen buscando posibles supervivientes y fallecidos. Especialmente la búsqueda del pequeño niño manacorí Artur está en la mente de todos, incluso de centenares de turistas alojados en esta zona de la isla.

Precisamente los extranjeros, por segundo día consecutivo, siguieron nuevamente con mucha atención los trabajos de acondicionamiento, adecentamiento y rescate. Fotografiaron y grabaron a los cientos de efectivos policiales y de emergencias movilizados, por tierra, mar y aire.

El clima de ayer fue más estival que otoñal, por lo que no extrañó el ver a muchos turistas con la típica indumentaria playera. Bañadores, bikinis, toallas, colchonetas... La famosa playa de s'Illot, destruida en la tarde y noche del martes, volvíó a ser cerrada al baño y un socorrista controló que nadie se acercara demasiado al mar. Los turistas en traje de baño se dirigieron directamente a piscinas o a otras playas del área.

Fito Dipace y Adriana Marcote, procedentes de Argentina, entrevistados por este diario explicaron: "Tenemos un piso en sa Coma y hace nueve años que veraneamos acá. Vivimos en primera persona la riada. Entre las 19.30 y las 22 horas las lluvias fueron torrenciales, el agua empezó a bajar de la montaña y fue una tragedia. La avenida de sa Coma era un río, el agua te llegaba hasta la rodilla, un desastre".

En esta línea, ambos prosiguieron detallando su experiencia: "El color del mar cambió, con la tierra, señal de la magnitud, gravedad, de lo ocurrido, a la gente le asombró terriblemente, y lo más triste son las pérdidas humanas, que son irrecuperables, lo demás, coches, etc., todo lo que se arregle con plata tiene solución". A la pregunta de si piensan seguir frecuentando sa Coma y s'Illot respondieron: "¡Por supuesto, es un destino ideal y pensamos repetir".

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Una mejora clave

Tanto residentes en la parte manacorina de s'Illot como en la parte llorencina coincidieron en destacar que las mejoras del torrente en su desembocadura y del pontet para viandantes han resultado clave de cara a evitar males mayores. No en vano, las inundaciones de hace unos 30 años siguen vigentes en la memoria colectiva.

Aina Maria Sales, del Spar Ana, consideró que precisamente estas mejoras "nos han salvado". Desafortunadamente, la tristeza por la búsqueda de personas desaparecidas es mayúscula. "Hay angustia y nerviosismo", apuntó.

En el pueblo de Son Carrió (municipio de Sant Llorenç) la expectación y resignación continuaban ayer siendo protagonistas.