Los efectos de la tromba de agua y de barro en la localidad turística de s´Illot, de los municipios de Manacor y Sant Llorenç, fueron compartidos con centenares de extranjeros. No en vano, este mes de octubre s´Illot sigue registrando un elevado porcentaje de ocupación hotelera, principalmente clientes de procedencia alemana, inglesa, francesa y española. Con sus móviles y cámaras de fotografía y vídeo captaron durante toda la jornada los escenarios de la devastación.
Fue, sin duda alguna, una durísima resaca tras una tarde y noche del martes que quedará grabada en la memoria colectiva. La riada se tradujo en muertes tanto en la parte manacorina como en la llorencina. Y, de hecho, este jueves seguirán los trabajos en una lucha contrarreloj para encontrar a personas desaparecidas.
El tiempo apremia y la actividad es frenética, en un clima de asombro, incredulidad e impotencia ante tanto destrozo.
Residentes y agentes de seguridad y emergencias reiteraron que al menos cuatro vehículos fueron arrastrados por la torrentada que el martes anegó buena parte del municipio.
Versiones de lo sucedido
Entre los residentes consultados por este periódico, en la mañana de ayer se extrajo la siguiente conclusión: en la parte manacorina de s´Illot los vecinos mayores coincidían en señalar que la riada del año 1989 fue aún peor, mientras que en la parte llorencina la última tromba ha resultado de lo más impactante sobre todo por los daños a vehículos.
Guillem Planissi afirmó: "La torrentada de hace unos veinte años fue más devastadora, lo que ocurre es que después se ensanchó el torrente y se mejoró el puente y ahora se ha atascado el otro puente, el de la calle posterior".
Por su parte, Serafín Gándara, también residente en la parte de Manacor, reconoció sentirse también tranquilo: "La torrentada vivida en 1989 fue mucho mayor, en esta ocasión de entre lo más llamativo cabría comentar la inundación de un solar que sirve como aparcamiento de vehículos".
En contraste, María Pascual, entrevistada en la parte llorencina, manifestó con sentimiento de pena: "Nunca antes había visto algo similar, ¡vaya tragedia!".
Joan Gomila y Antonio García, delegados municipales de Costas y s´Illot, respectivamente, calificaron la situación de "dramática" al haber en la zona personas fallecidas y gente con familiares en paradero desconocido. A su vez lamentaron que la playa haya quedado "destruida", así como diferentes infraestructuras y mobiliario urbano. Tanto vecinos como comerciantes y empresarios tuvieron que afanarse para achicar viviendas y negocios.
La intensa búsqueda de personas afectadas por la riada proseguirá este jueves. El puente para viandantes de s´Illot, conocido como el pontet, renovado hace un tiempo y que viene a ser la frontera entre los dos municipios, con el torrente de Ca´n Amer debajo, seguirá siendo testigo de todo.
