Las primeras luces de la mañana de ayer permitieron vislumbrar los tremendos efectos de la tromba de agua caída sobre el noreste de Mallorca la noche del martes. Una ola de devastación, propia de un tsunami, arrasó Sant Llorenç, Son Carrió y s´Illot y causó la muerte de doce personas, mientras que un niño de cinco años seguía desaparecido. Los daños materiales son enormes y dejan cortos los de otras riadas desastrosas, como la de 1989. Decenas de coches fueron arrastrados por la fuerza del agua, que alcanzó un nivel de cerca de tres metros en algunas casas y se llevó por delante carreteras, muros y mobiliario urbano. Todo ello la ha convertido en la peor catástrofe natural de la historia reciente de la isla.

El resumen de la catástrofe por las inundaciones en Mallorca en 60 segundos

El resumen de la catástrofe por las inundaciones en Mallorca en 60 segundos

Frente al desastre se puso en marcha un operativo de emergencias sin precedentes, con 630 personas. Entre ellas, todos los efectivos disponibles de los Bombers de Mallorca, Guardia Civil, Protección Civil y la dirección general de Emergencias y más de un centenar de soldados de la Unidad Militar de Emergencia (UME) desplazados expresamente desde Valencia.

Tras la pesadilla vivida el martes en las localidades del noreste de la isla, ayer por la mañana se hizo visible la magnitud de la catastrofe provocada por una tromba de agua inusitada. La lluvia había caído con fuerza sobre Sant Llorenç en la tarde del martes, pero a partir de las siete la tormenta descargó una manta de agua, que alcanzó un registro de 220 litros por metro cuadrado. El torrent de Sant Llorenç se desbordó y una ola de destrucción barrió la parte baja de la localidad, alcanzando casi tres metros de altura en algunos domicilios. Esa misma noche, tras conocerse el alcance del desastre, se puso en marcha un gran operativo de auxilio. Agentes de la Guardia Civil, bomberos y personal de Protección Civil y Emergencias recorrieron las zonas más afectadas en condiciones muy difíciles. La lluvia seguía cayendo y había lugares inaccesibles.

Poco después aparecían las primeras víctimas mortales, un hombre y una mujer de avanzada edad ahogados en las partes bajas de sus domicilios, en las calles Ordinas y Sant Llorenç, y el exalcalde de Artà Rafel Gili, en su domicilio en las afueras de la localidad. De madrugada los submarinistas de la Guardia Civil encontraron los cuerpos de una pareja de turistas británicos en el interior de un taxi sumergido en el cauce del torrente. Durante la mañana de ayer los efectivos de emergencias se dividieron en varios grupos y recorrieron el cauce de los torrentes de la zona en busca de víctimas hasta alcanzar el trágico balance a primera hora de la tarde: doce personas fallecidas y un niño de cuatro años desaparecido bajo el fango. Una de las víctimas era una mujer que viajaba con sus dos hijos pequeños y se vio alcanzada por la riada en la rotonda de salida de Sant Llorenç a Son Carrió. La madre logró salvar a uno de los pequeños, pero falleció intentando sacar al segundo, que ayer seguía sin ser localizado.

Sobrevolando la Mallorca inundada

Sobrevolando la Mallorca inundada

Las ambulancias movilizadas por el 061 atendieron también a 37 personas heridas. Dos de ellas tuvieron que ser hospitalizadas, aunque su estado no era grave.

La riada afectó gravemente a la red viaria de la zona. Once carreteras permanecieron cortadas. La estructura de dos puentes resultó afectada y desaparecieron partes de las calzadas. Decenas de personas se encontraron el martes con que no podían acceder a sus casas. Se estima que hay desaparecidos 150 vehículos, con casos de hasta tres coches por familia. Anoche ya no quedaba nadie en los polideportivos habilitados, que fueron utilizados por los vecinos la madrugada de la tragedia

Los vecinos de Sant Llorenç vivieron esa madrugada algunas escenas de pesadilla. El agua desbordada corría por las calles arrastrando decenas de vehículos. En algunos puntos camiones se quedaban cruzados y los coches se amontonaban a su lado, convirtiéndose en presas que acumulaban hasta tres metros de agua.

Algunos vecinos de Sant Llorenç intentaron llegar a los domicilios de sus familiares que viven solos, hasta que la fuerza de la riada impidió cualquier intento de salir a la calle. Los residentes describían el tremendo ruido del agua y el que provocaban los impactos de los coches golpeando contra las fachadas.

Muchos de ellos pasaron la noche en vela, viendo como el agua inundaba los bajos de sus casas y, en algunos casos, se quedaba a un peldaño del primer piso.

Desde primera hora de la mañana de ayer los vecinos de las zonas afectadas se afanaban en los trabajos de limpieza de sus casas. Las calles de Sant Llorenç estaban llenas de muebles enfangados, mientras los residentes, con el barro hasta las rodillas, trataban de salvar lo que pudieran. Muchos estaban aún en estado de shock. La luz se restableció a las 18.15 horas de ayer.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó la zona junto a la presidenta Francina Armengol y anunció la declaración de zona catastrófica, para que los afectados reciban ayudas del Estado.