Con casi cinco millones de turistas , Balears es hoy una región más pobre. Es la síntesis de un modelo económico que los economistas alertan que ha dejado de funcionar. Un modelo que se ha centrado demasiados años en crecer a base de aumentar en volumen pero no en valor. Con más turistas que nunca, Balears ha perdido posiciones entre las regiones de España y de toda Europa en el principal indicador de la economía territorial: la renta per cápita, que en los últimos 20 años ha ido quedando atrás.

Hace dos décadas, los ciudadanos de Balears eran los terceros más ricos de España, con la tercera renta per cápita más alta, sólo por detrás de Madrid y Cataluña, y estaba entre las 65 regiones más ricas de la Unión Europea. Después de dos décadas, una crisis, una recuperación a velocidad de crucero, y récords consecutivos de facturación en la principal actividad de las islas con un incremento de cerca de cinco millones de turistas en el mismo periodo, el archipiélago ha quedado estancado a la séptima posición en renta per cápita a la que ya cayó antes de la crisis y ha caído por debajo de las 100 regiones más ricas de Europa, de la que ahora no alcanza ni la media de renta media.

¿Qué ha pasado? ¿Cómo se explica que Balears sume más riqueza año a año y sin embargo sea cada día una región más pobre en comparación con sus vecinos en España y en Europa? ¿Qué falla?

El economista Antoni Riera, al frente de la fundación Impulsa por la competitividad de las islas, ha analizado en detalle el fenómeno y habla de una economía que "crece mucho en volumen pero poco en valor". "Fue un modelo exitoso desde los años 70 a los 90, pero desde el año 1998 la economía balear tiene dificultades para traducir su crecimiento en bienestar", observa Riera.

"Crecemos en volumen, no en valor"

¿Qué está pasando con la riqueza de las islas? Antoni Riera señala que crece, pero a su vez también crece la población entre la que repartirla, con lo que la renta per cápita no crece igual que la riqueza que se genera. "Aumenta el número de turistas, pero también el número de recursos, incluido humanos, que se destina a la actividad turística", detalla el economista. "Cuando hay bonanza viene más gente al archipiélago a trabajar. ¿Pero significa eso que la culpa es de la evolución demográfica? No, es un problema de productividad", apunta Antoni Riera.

"Durante años no hemos sido capaces de transitar de una fase de acumulación a una de eficiencia", apunta el economista. ¿Y cómo se avanza hacia ese modelo de eficiencia para ganar valor? "Para ganar eficiencia hay que sofisticar el producto, hacerlos más complejos. Seguimos viendo el turismo como un servicio de hostelería, como poner una cama. Pero no puede ser sólo eso. Ahora hay que darle más valor", explica.

Sin embargo, el responsable de Impulsa avisa que para ello no es suficiente con tirar de chequera como se ha hecho en los últimos años con las reformas en la planta hotelera y la mejora de categoría. "Al final, la inversión ha estado orientada a un servicio tradicional, no a un producto mejor. Puede ser que algunos hayan hecho las dos cosas, pero en muchos casos no se ha hecho más que modernizar un producto tradicional. Sabremos quien ha generado valor cuando empiece a bajar el número de turistas. El que con menos turistas pueda mantener precios, lo habrá hecho bien", dice.

Prueba de fuego

La renta per cápita pierde posiciones, pero gracias al acuerdo entre sindicatos y patronal, el sector turístico subirá un 17 por ciento los salarios en las islas. ¿Cambiará esta subida ese empobrecimiento? "No", niega Riera. Ahí la cosa va de macroeconomía: "La renta la componen los salarios, los beneficios empresariales y los impuestos que se paga a la administración, si suben los salarios sólo se transfieren beneficios a los salarios", explica el economista. "Cuanto más altos sean los salarios mejor, pero no cambiará la tendencia. El éxito sería que aumentarán los beneficios, los salarios y la recaudación, sino no hay manera de que revierta en el bienestar salvo de una manera, con endeudamiento", alerta Riera.

"Si los próximos años bajan los turistas será el momento de ver si somos capaces de mantener precios. Ahí se verá si hay un cambio de tendencia", zanja.