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Una policía niega que se eliminaran vídeos sobre seguimientos

La agente se desmarca de la trama de espionaje y apunta hacia sus superiores de la unidad que dirigía un comisario ? Señala que los archivos se borraron por un fallo informático

Los ordenadores investigados estaban en una oficina del cuartel de San Fernando. B. Ramon

Francisca García, la agente de la Policía Local de Palma que fue eligida para formar parte de la unidad de asuntos internos, denominada SIAP, fue interrogada ayer por el juez en relación a unos archivos informáticos recientemente recuperados.

Se trata de unas pruebas que respaldan la sospecha de que esta unidad policial se habría dedicado a espiar a determinadas personas, para después utilizar esta información con unos fines que todavía no se han aclarado. La funcionaria fue citada para que explicara la razón por la que se borraron dichos archivos informáticos, que estaban guardados en el ordenador que ella utilizaba en la oficina de esta unidad bajo sospecha. La mujer, defendida por el abogado Gerard Palmer, se desmarcó de las actuaciones realizadas por esta unidad, señalando que por encima de ella había varios mandos que eran los que daban las órdenes.

Sobre el borrado de archivos, la agente insistió en que no existía ninguna intención de eliminar archivos, en los que se guardaban estas grabaciones, sino que se produjo una avería en los ordenados, que provocó la eliminación de estos datos. La funcionaria no dio ningún tipo de explicación que justificara el seguimiento que se realizó, con grabaciones incluidas, sobre el hijo menor de edad de la antigua secretaria personal del exalcalde Isern. Este joven era estudiante de un instituto de Palma y fue grabado cuando estaba en compañía de sus amigos. El grupo de menores tenía costumbre de concentrarse en un parque próximo para fumar porros. Antes de que la Policía Local decidiera identificar al menor, al que le intervinieron una pequeña dosis de hachís, se estuvo buscando información sobre sus familiares, lo que demuestra que se sabía la identidad del adolescente. Además, del grupo fue el único al que le registraron la mochila, cuando eran varios los menores que estaban fumando droga. El acta sobre dicha actuación policial nunca fue tramitada, ni tampoco se avisó a los padres, ni a los responsables del instituto, que el menor fumaba droga.

Sus superiores

La agente García dijo al juez que ella no sabía nada de estas actuaciones. Señaló que siempre cumplía las órdenes de su superior, que era un oficial de la unidad, que jerárquicamente estaba por debajo del comisario Estarellas, que era el máximo responsable del grupo. Aunque no quiso asegurarlo, señaló que entendía que Estarellas estaba enterado de todas las actuaciones que realizaban los agentes de este grupo de asuntos internos.

El fiscal Miguel Ángel Subirán tiene la sospecha de que, en realidad, la Policía Local utilizaba a los integrantes de esta unidad para realizar seguimientos a políticos, empresarios y de otros profesionales, para después extorsionarles. Además de las grabaciones sobre el menor, también se han recuperado pruebas que demuestran seguimientos a dos mujeres, que no tendrían ningún tipo de relación con los asuntos internos que podría investigar este grupo. También se estuvo espiando a un antiguo religioso relacionado con el Ejército.

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