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Opinión | El pacto de Matas es un regalo nada ejemplar

Por Miquel VicensAunque se llame Jaume Matas y ya haya ofrecido en casi diez años de historia judicial sobradas muestras de su auténtica personalidad, no deja de sorprender

Aunque se llame Jaume Matas y ya haya ofrecido en casi diez años de historia judicial sobradas muestras de su auténtica personalidad, no deja de sorprender y decepcionar que el apestado social que es hoy el expresident del Govern y exministro de España sea incapaz de tener, ni durante un instante, un gesto de dignidad que le honre en sede judicial. Todo lo contrario, en esas penosas circunstancias la mentira y la traición siguen formando parte de su discurso y actitudes, incluso en contra del beneficioso pacto que ha alcanzado con la Fiscalía Anticorrupción, que reduce diez años de condena a 18.000 euros de multa, una ridiculez para el hombre que, cuando se sentía indestructible, equipaba su palacete con escobillas de váter de 350 euros y pagaba en las tiendas de Palma con billetes de 500 euros.

Por eso Matas no se siente en deuda con la ciudadanía, por eso sus actos pasados no le avergüenzan lo más mínimo y por eso muy mal encaminada va la sociedad con este tipo de pactos judiciales nada ejemplares si quiere que algún día representantes políticos y ciudadanos sean más escrupulosos con el dinero y los bienes públicos.

El grado de desarrollo de una sociedad es equiparable a su inversión en sanidad, educación y cultura. El grado de desarrollo ético de una sociedad se mide, entre otros parámetros, en el respeto que sus representantes políticos y ciudadanos demuestran con el dinero y los bienes públicos. También con el cuidado del espacio público, eso que llamamos civismo.

Pero si las condenas por los delitos que atacan directamente a lo público siguen saliendo tan baratas, habrá otros Jaume Matas en el futuro, políticos que manejarán los recursos de todos en beneficio propio, ciudadanos que engañarán a Hacienda sin el menor rubor y adolescentes que se creerán con derecho a destrozar una plaza en nombre de su libertad de expresión.

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