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Los jóvenes pasan del ladrillo

Solo seis alumnos se han matriculado en el nuevo curso de Técnico en Construcción pese a tener un puesto de trabajo garantizado, recibir una beca de 1.000 euros y tener el transporte pagado

La construcción resulta poco atractiva como destino laboral para los jóvenes. B. Ramon

Tienen el empleo garantizado por la patronal del sector al acabar los dos años de estudios, y en este primer curso se les paga una beca de 1.000 euros y el transporte a los alumnos que viven en la part forana, unos incentivos que han sido acogidas con sorpresa desde organizaciones empresariales de otras autonomías. El módulo de Formación Profesional de grado medio en Técnico en Construcción cuenta con unas ventajas sin precedentes en el resto de estudios, y pese a ello solo se han matriculado seis alumnos en el IES Politècnic de Palma donde se imparte.

Representantes empresariales y sindicales achacan esta falta de interés al poco tiempo que han tenido para promocionar esta iniciativa que este año se pone en marcha, pero también a la mala imagen que el sector tiene entre los jóvenes, que prefieren formarse para acceder a otras actividades antes que al ladrillo. Según se reconoce, la construcción parece condenada a acoger a jóvenes que han fracasado en los estudios y que optan por empezar como peón, sin ningún tipo de conocimiento previo.

La gerente de la asociación de constructores de Balears, Sandra Verger, reconoce esa mala imagen de trabajo muy físico y al que se acude sin preparación previa, pero defiende que es falsa. Al respecto, alega que la nueva normativa sobre edificación incorpora procesos cada vez más complejos, que precisan de nuevas herramientas, materiales y programas informáticos, para los que es necesaria una mayor formación. Y subraya especialmente las posibilidades de promoción dentro de las empresas que ofrece un sector que en estos momentos registra una notable escasez de cargos intermedios, como oficiales de primera, capataces y encargados de obra. En estos puestos, el déficit de personal se cifra entre un 10% y un 15%.

Esta necesidad imperiosa de personal formado o con experiencia explica que las empresas del sector hayan garantizado un empleo para los que concluyan estos estudios dentro de dos años, y además la fundación haya ofrecido las citadas becas y cubrir los gastos del transporte. Hay que recordar que la matrícula es gratuita, y solo se pagan 40 euros en concepto de material, según indica Verger.

Y pese a esta situación y a las ventajas que ofrece esta patronal y la Fundación Laboral de la Construcción, solo seis jóvenes se habían matriculado hasta ayer en un curso cuyo límite estaba fijado en 25 alumnos. El plazo para poder hacerlo concluye mañana.

Sandra Verger apunta que más jóvenes se han interesado en matricularse, pero o no tenían terminada la Enseñanza Secundaria Obligatoria, o eran extranjeros con una titulación no homologada en España.

El perfil

Y es éste el perfil de una gran parte de las personas que se incorporan al sector, según destaca el secretario general de CC OO-Construcción en las islas, Miguel Pardo. Porque la inmensa mayoría de las personas que acuden en estos momentos a recibir las 20 horas de formación en prevención de riesgos laborales, necesarias para acceder a este sector, son extranjeras. Pocos jóvenes españoles aparecen. Algo que recuerda al empleo asalariado del sector agrícola.

Pardo y su homóloga en UGT, Sonia Saavedra, coinciden con Sandra Verger en que se ha dispuesto de poco tiempo para promocionar este módulo de Formación Profesional en los institutos, ya que su creación se firmó con el Govern a finales del pasado curso escolar. Pero admiten también que se trata de un sector con mala imagen entre los jóvenes, que lo perciben como un empleo de duro trabajo físico, jornadas agotadoras y bajos salarios, a lo que se suma la inseguridad laboral que generó una destrucción masiva de las plantillas durante la crisis. Tampoco ayudan, según pone de relieve el representante de CC OO, las noticias sobre graves accidentes laborales o las irregularidades que algunas empresas cometen con sus plantillas (como un exceso de horas extras que no siempre se pagan como corresponde).

Pero desde los sindicatos se señala también la necesidad de cambiar esta imagen. Sonia Saavedra subraya que la formación profesional permite acceder a esta actividad con la categoría de oficial de segunda y una retribución de 18.500 euros brutos anuales. En su opinión, esta cualificación abre la puerta a unos empleos dentro del sector que "pueden ser atractivos y de futuro".

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