Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Su teléfono ha dejado de sonar?"

Una directora de Oceanográfico no tiene tanto poder. Yo quería ese poder para modificar cosas. Ahora he aligerado mi mochila, pero no quiero ir de mártir.

Las personas no dejan un cargo, por estéril que sea.

Soy una rara avis, acepté porque pensaba que el Oceanográfico podría hacer ciencia en contacto con el archipiélago, al ser una institución con mucha solera. Sin embargo, nos hemos condenado con tanta regulación administrativa.

Es positivo que se controle el gasto.

Totalmente, con trazabilidad absoluta de las facturas. Pero entre eso y que para comprar un clip necesite tres firmas y tres cuños , la situación se hace administrativamente inviable. Tengo dinero y he de esperar diez meses, estamos encajonados como si fuéramos el servicio de Correos, servimos de justificación a la existencia de burócratas.

Por supuesto, la sustituye un varón.

Así es, y no es lógico. La ciencia se está feminizando, pero en las cúpulas y los cargos se excluye a la mujer, allí no veo la efervescencia del movimiento. He estado en comisiones diez a una, has de ser muy masculina o no sobrevives.

¿A quién se le ocurre dimitir con Pedro Duque?

Fue casi contemporáneo. Duque es una esperanza, una luz que brilla, pero era una decisión ya tomada y dimití por coherencia. El tres de julio, al no observar ningún cambio, me dije que "hasta aquí he llegado".

¿Ha querido dimitir con ruido?

No busco protagonismo, me hubiera gustado recibir alguna respuesta del ministerio a un Centro con muchos avisos por descontento, y no la ha habido. La dimisión me perjudica más que beneficiarme, porque el mundo científico es muy egocéntrico y me puede pasar factura. Estaría penalizada para un cargo.

Le replicarán que tiene usted un carácter difícil.

No tanto difícil como inconformista, no quiero ser del montón. Me sorprendió que me propusieran la dirección, porque había expresado mi disconformidad, pero no soy revolucionaria sino pragmática, además de impaciente.

Si el buque del Oceanográfico está amarrado, no será por barcos.

Fue un punto duro, los años de inactividad del buque que ha participado en más campañas. Hice propuestas, pero se impuso el corsé administrativo y el cambio de motor se convirtió en un viacrucis. Mi moral se hundió al mismo tiempo que nuestra herramienta principal.

¿Ha sido usted molesta?

Digo lo que pienso, aunque diplomáticamente, y tengo un sentido exacerbado de lo que es justo. No puedo aguantar que un buque esté tres años en blanco. He tenido una educación intelectual, así que amo Mallorca pero en la ciencia pienso globalmente.

¿Es usted una ecologista de toda la vida?

Lo he sido. Me subí a grúas en la incineradora, pero también soy rigurosa y de perfil científico. Flirteé con la parte ecologista para llegar a un sector de la sociedad con el que contactas subida a una grúa, pero no desde la ciencia. Estaba contratada en Greenpeace, pero el rigor se impuso y empecé la tesis.

¿Se están cerrando todas las playas que reciben vertidos?

He visto playas que deberían haberse cerrado, y donde estoy segura de que en coliformes les salía fuera de rango. Lo he planteado y me responden que falta personal. También falta voluntad.

¿Las medusas son más preocupantes que los plásticos?

Las medusas son naturales y siempre han existido, solo ha cambiado nuestra percepción de ellas. Tienen un bloom o proliferación y no podemos ir en su contra porque no son nocivas.

¿Los plásticos son irrevesibles?

Es un peligro autogenerado pero totalmente reversible, en veinte años no tendremos que hablar de ellos. Despiertan la conciencia social, ocurre con determinadas causas.

La Mallorca del Gob y Greenpeace se ha hecho animalista.

Si hay una sustitución de objetivos, no me parece bueno para el medio ambiente. El animalismo es antrópico, los gatos o las cabras son una plaga real en la Tramuntana. Hay que abarcar el ecosistema sin preponderancia.

¿Ha servido para algo?, que diría el espía ruso.

Ahora mismo, mi sensación es que lamentablemente mi dimisión no ha servido para nada. Al contrario, están los lobos al acecho.