La presunta estafa inmobiliaria millonaria del caso Lujo Casa ha afectado también económicamente a los familiares del fugitivo Carlos García Roldán, considerado el presunto cerebro del engaño, según fuentes de la investigación. Otras fuentes próximas al huido han señalado que Carlos García Roldán quiso dejar al frente de sus negocios a su hermana, residente en Cataluña, pero su castillo de naipes inmobiliario se desmoronó tras acumularse las primeras denuncias.

Devolver el dinero

Las fuentes informantes han explicado que, antes de su fuga, numerosos afectados reclamaron a Roldán la devolución de las sumas entregadas a cuenta. Estas personas quisieron romper el contrato con el grupo Casa Lujo cuando comprobaron que pasaban los meses y las obras no empezaban.

El ahora fugado llegó a acuerdos con estos clientes y les prometió, por escrito, que les devolvería el dinero en tres plazos. Lo llamativo es que algunos cobraron los dos primeros plazos y luego los pagos se interrumpieron.

Según los investigadores, García Roldán, Mir Pérez, el arquitecto Bruno Freire, un presunto testaferro y otros investigados, se dedicaron a promocionar la venta de viviendas sobre plano sin ser propietarios de los terrenos.