Josefa, la mujer de Camerún que fue rescatada hace dos meses tras naufragar con una patera y que fue trasladada a Mallorca, contó ayer en el juzgado de Palma la odisea que sufrió después de tomar la decisión de huir de su país, para evitar que su marido continuara golpeándole.

La mujer fue recogida en alta mar por la embarcación de rescate Open Arms, que navegó con rumbo a Mallorca después de que las autoridades italianas se negaran a aceptar a las víctimas que llevaba a bordo. Además de la superviviente, los voluntarios de la embarcación de rescate recogieron los cadáveres de dos personas, un joven y una mujer, que se encuentran en el cementerio de Palma.

Pese a que la mujer ha pasado varias semanas ingresada en un hospital público, donde ha recibido el alta médica, a día de hoy todavía arrastra las lesiones sufridas como consecuencia del naufragio. El juzgado de instrucción número 12 de Palma, que asumió inicialmente el caso, la citó a declarar para que explicara su versión de lo ocurrido. La mujer fue atendida por personal de la Cruz Roja y precisó de una silla de ruedas para poder moverse, ya que apenas se aguanta de pie.

Tal como habían denunciado hace dos meses los responsables del Open Arms, Josefa confirmó que la embarcación en la que huía hacia Europa naufragó como consecuencia del abordaje cometido por un barco militar de bandera libia. Ella viajaba en una pequeña embarcación, junto a otros dos emigrantes, que fallecieron ahogados. Posteriormente se comprobó que estas dos personas fallecidas, un adolescente y una mujer, no tenían ningún tipo de relación familiar. Durante su declaración judicial, la mujer africana explicó que no tiene recuerdos muy claros de lo ocurrido en alta mar, pero que se acordaba del ruido de disparos de armas. Pidió en el juzgado que se investigue lo ocurrido y que se persiga a los responsables de la odisea que sufrió, que a punto estuvo de costarle la vida. La mujer también anunció que va a solicitar la condición de refugiada y que su intención no es quedarse en Mallorca, sino marcharse a la Península. Al abandonar el juzgado, Josefa prefirió cubrir su rostro para que no se la pueda identificar.

El juzgado de instrucción de Palma, dado que carece de competencias para asumir un caso ocurrido en aguas de otro país, remitió todas las diligencias a la Audiencia Nacional, que es el órgano judicial competente para hacerse cargo de este tipo de denuncias. Cuando el Open Arms atracó en el puerto de Palma, el responsable de la organización presentó una denuncia y solicitó el inicio de una investigación y que fuera asumida por la Audiencia Nacional. Se acusó a la guardia costera de Libia de ser la responsable del naufragio de la patera.