El malestar de algunos representantes ecuatorianos y empleados del Consulado, que inicialmente se había dirigido contra el titular de esta oficina, Andrei Escobar, se elevó ayer hacia el embajador Cristóbal Roldán, al que se reprocha no haberse reunido en Palma con los denunciantes de acoso laboral para conocer su versión o con los responsables de las asociaciones de residentes críticas con el cónsul.

Un hecho que ha molestado es que tanto el cónsul como el embajador hayan dudado de la representatividad de estas organizaciones, cuando la Asociación Cultural Ecuatoriana Iberoamericana participó en la Fira de les Cultures organizada por el ayuntamiento de Palma, y la Asociación de Ecuatorianos Residentes en Balears figura en la web del Consell de Mallorca.