El líder del PP balear, Biel Company, perdió ayer la oportunidad de poner contra las cuerdas a la presidenta Francina Armengol en la segunda jornada del último debate de la legislatura sobre política general del Ejecutivo. Company, quien aprovechó para presentarse como aspirante al Govern en las autonómicas de 2019, eligió para exigir responsabilidades a la inquilina del Consolat de Mar precisamente las cuestiones en las que más evidentemente fracasó el anterior Ejecutivo de José Ramón Bauzá, del que él formó parte, incluyendo algunas áreas de las que era responsable directo como conseller. Puso fácil la respuesta a Armengol, que sólo tuvo que recordarle la gestión del PP que llevó a los populares a su mayor fracaso en las urnas en las autonómicas de 2015.

Al contrario que en el debate de hace un año, Company dejó a un lado el tono moderado que sorprendió entonces a la jefa del Ejecutivo y optó por la estrategia de atacar con dureza la gestión del Govern en distintas áreas para concluir que en todas ellas esta ha sido "una legislatura perdida". El problema fueron los temas elegidos. El líder del PP escogió como primer asunto la Educación, con "la cifra récord de barracones" o "la nula apuesta por el aprendizaje en lenguas extranjeras", en referencia al inglés. Precisamente la política educativa y lingüística del Govern de Bauzá (quien escuchaba atentamente a su exconseller desde la sala de plenos) provocó una contestación histórica en las islas, con 100.000 ciudadanos manifestandose en contra, como se apresuró a recordarle Armengol.

En vivienda, criticó la falta del plan antidesahucios prometido o las viviendas de protección oficial que no se han hecho. Armengol también pudo emplearse a fondo. "Usted ha sido el único conseller con un saldo negativo de menos dos en vivienda pública", replicó Armengol. A los reproches por cuestiones como los vertidos fecales también encontró la respuesta de la falta de inversiones cuando fue conseller. El mismo camino siguieron las otras cuestiones en las que es evidente que el Govern de Armengol no ha estado a la altura. El de Bauzá tampoco.

Company culpó al anterior Ejecutivo del Pacto, presidido por Francesc Antich, de haber dejado "en quiebra" la Comunidad Autónoma. "El fracaso de la gestión del segundo Pacto lo gestionamos nosotros", se justificó. Armengol sólo tuvo que recordarle que gobernar significa priorizar en el reparto de recursos y que el Govern de Bauzá lo hizo con duros recortes a los derechos y servicios públicos, entre ellos la educación y la sanidad.

El líder del PP intentó también sin éxito meter el dedo en la llaga de las cuestiones que han enfrentado a los socios del Pacto. Así, insinuó que fue el PSIB el que filtró el caso Contratos que afecta a Més o el viaje a Punta Cana que le costó la vicepresidencia a Biel Barceló, entre otras cuestiones. No lo logró, entre otras cosas porque esa desconfianza entre PSIB, Més y Podemos ya existe y no ha roto el Pacto.

Company utilizó sus últimos minutos de intervención para lanzar hasta siete promesas si es "presidente del Govern" en 2019, entre ellas "30 millones al año en depuración", derogar el decreto del catalán en sanidad, o "cero barracones" en educación, además de potenciar el "trilingüismo cordial". Acabó entre aplausos de la bancada popular puesta en pie, como es habitual. El apoyo al líder no significa, sin embargo, que saliera victorioso. Al menos no como aspirante al Govern.