La presidenta del Govern, la socialista Francina Armengol, abrió ayer el último debate de la legislatura sobre política general del Ejecutivo con un discurso autocomplaciente dibujando unas islas que, según su relato, han dejado atrás en los poco más de tres años que han pasado desde su llegada al Consolat de Mar los "recortes", el "pesimismo" y el "derrotismo", en referencia a la gestión del PP en la pasada legislatura. Con la mirada puesta en las autonómicas del próximo año, a poco más de ocho meses para la cita con las urnas, Armengol enumeró a lo largo de una hora y 17 minutos las principales leyes impulsadas por su Ejecutivo del Pacto en una intervención fácil de asumir para sus socios de Més y Podemos y exenta de autocrítica, más allá de admitir que aún "queda mucho por hacer".

"¿Cómo hemos de temer los retos después de haber dado la vuelta a la situación? No podemos tener miedo del futuro cuando no nos hemos resignado en el pasado y hemos derrotado al derrotismo", sostuvo en esa exposición de "éxitos significativos". Ni siquiera ante un problema evidente que ha marcado esta temporada turística, el de los vertidos fecales en playas de Balears, asumió algún fallo de gestión. "No nos resignamos a una red de depuración de aguas sobrepasada, abandonada durante años a su suerte. Hoy desarrollamos una nueva cultura del agua", dijo antes de repasar todas las inversiones impulsadas en esta materia y prometer la "ampliación o el reforzamiento de nuevas plantas de una red de tratamiento claramente insuficiente".

Interrumpida en varias ocasiones por los aplausos convencidos desde la bancada socialista y más tímidos desde las filas de Més y Podemos, su intervención fue un balance de legislatura contraponiendo los resultados de su gestión con los que heredó del Govern del PP. "¿De verdad alguien quiere regresar al derrotismo de las tijeras y los recortes ideológicos?", preguntó al hemiciclo apuntando directamente a la bancada popular. Advertía así del fantasma de la austeridad, recortes de servicios o despidos de la pasada legislatura si el Pacto no logra reeditarse y el PP consigue el próximo año recuperar el poder autonómico.

Desde los escaños populares, el líder del partido y la portavoz parlamentaria, Biel Company y Marga Prohens, la escuchaban con una medida sonrisa irónica, sin poder evitar alguna expresión de sorpresa cuando la presidenta anunció ayudas y rebajas de impuestos dirigidos a familias, jóvenes y pensionistas. Así, los próximos presupuestos de la Comunidad incluirán una reducción del Impuesto Transmisiones Patrimoniales para la compra de la primera vivienda y una deducción de 600 euros anuales en los gastos de 'escoletas'. A ellos añadió medidas como el final del copago farmacéutico que, beneficiará a 190.000 pensionistas de las islas y un plan de ayudas a la contratación para el regreso a las islas de 500 jóvenes en el extranjero.

De este modo, Armengol desactivaba de antemano la gran propuesta de Company de rebaja fiscal, que desde las propias filas del Pacto se tildó de "clásico electoralista", dado que las promesas de bajadas de impuestos suelen ser habituales cuando se acerca la cita con las urnas. El Ejecutivo de Armengol no ha sido una excepción, aunque en su caso no será una promesa ya que las medidas formarán parte de los presupuestos del Govern para 2019.

Tras presumir de haber saneado las arcas autonómicas colocándolas en mejor situación que las que heredó sin necesidad de aplicar las recetas de la austeridad, la jefa del Ejecutivo tampoco cumplió con los deseos del PP de que anunciara que el acuerdo con el Gobierno central para el REB ya se había cerrado. Afirmó que las negociaciones están en "la recta final" y aseguró que se cerrará en noviembre.

Armengol dedicó la última parte de su discurso a repasar los principales compromisos con los que asumió la presidencia del Govern en Educación, vivienda, turismo, transporte, derechos o igualdad para concluir que o bien su Govern ha cumplido o lo está haciendo. Sus últimas palabras fueron para apelar a un "un futuro que construimos sobre el cumplimiento de la palabra dada" y que "ha pasado página a la amargura, el derrotismo y la parálisis", de nuevo en referencia al PP con cuyo líder se medirá hoy en la segunda jornada del debate.