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Opinión

Impuestos

Impuestos

Los impuestos son en cualquier Estado de derecho el mecanismo que permite recaudar fondos para su uso en servicios públicos tan esenciales como son los de las infraestructuras de todo tipo, la enseñanza o la sanidad. Y no sólo eso; la redistribución de la riqueza sólo se puede llevar a cabo por la vía fiscal y, dentro de ella, por medio de los impuestos directos, que los indirectos —como los que gravan la gasolina o la luz— los pagamos todos, ya seamos pobres o ricos. Pues bien, hasta los estudiantes de la enseñanza media saben que en síntesis existen dos tipos distintos de gestión de impuestos: el socialdemócrata y el liberal. Dejando de lado todas las sutilezas y cautelas necesarias para abordar algo con tantísimos matices, el modelo socialdemócrata apuesta por impuestos y servicios altos; el liberal, por lo contrario.

Ni que decir tiene que el Govern actual casa mejor con el retrato socialdemócrata que con el liberal. Cabría esperar de él, pues, una apuesta decidida por la estrategia de elevar el nivel impositivo, en especial porque es ese uno de los puntos esenciales que el PSOE pactó con sus socios del Govern. Sin embargo, con la Iglesia hemos topado, Sancho.

Todo lo anterior pertenece a la teoría política —expuesta con una falta de rigor enorme de tanto querer resumir, lo reconozco— pero en estos momentos preelectorales que vivimos lo que cuenta es algo muy distinto. El hecho de que los impuestos altos enfadan al ciudadano hasta el punto de hacerle olvidar cualquier teoría e incluso toda pasión para tomarse muy a mal cualquier subida de impuestos en estos meses claves que faltan para ir a las urnas. Un peligro muy serio si se quiere mantener el gobierno.

Que una cosa es el manual de gestión de los impuestos y otra muy diferente el miedo a perder votos lo pone de manifiesto un detalle importante de la información que se publica en estas páginas: la voluntad de los socios de gobierno en el archipiélago de cargar la fuerza impositiva sólo en los primeros años de la legislatura. Respecto de las nuevas cargas ideadas, hasta seis que van desde los coches de alquiler a los tendidos eléctricos, el PSOE se ha avenido sólo a estudiarlas por el momento, dejando su posible aplicación a lo que pueda suceder en 2019. Algo que se entiende en clave electoral pero menos en términos ideológicos, así que los socios de los socialistas no han cejado en la presión para que se apliquen ya.

Ya que decir las cosas tal como son es una práctica que produce alergias insalvables en la clase política, no basta con poner sobre la mesa —en público, claro es, no en la intimidad de los despachos— que si los impuestos no se aumentan es porque las elecciones quedan cerca. Hay que encontrar una explicación menos interesad. Y el problema con el que se encuentra el Govern es que esos impuestos de nueva planta que los socios del Pacto de Progreso renovado que ocupa hoy el Consolat de la Mar quisieran añadir funcionan ya en otras comunidades autónomas. Así que la presidenta Armengol ha utilizado como coartada el clavo ardiendo de la ecotasa. Dado que se trata de un impuesto digamos verde, tampoco es cosa de añadirle tasas del mismo espíritu. De momento, al menos, y confiando en que los socios de los socialistas se queden quietos de aquí a la primavera próxima si quieren que las elecciones próximas permitan reeditar un tercer gobierno de progreso.

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