Michael Brown, el magnate escocés detenido en Esporles hace doce años, acusado de una estafa millonaria, se sentará en el banquillo de los acusados en la Audiencia de Palma. Un banquillo que compartirá con su esposa, Sharon Campbell. Ambos están acusados de un delito de blanqueo de capitales. Así lo ha decidido la magistrada del juzgado de instrucción número 2 de Palma, que una vez concluida la investigación y a petición de la fiscalía, ha dictado un auto de apertura de juicio oral. Brown se encuentra en estos momentos en el extranjero, pero se confía en que afronte su responsabilidad con la justicia.

El multimillonario de origen británico fue arrestado en el mes de abril de 2006 en su mansión de Esporles. Sobre él existía una orden internacional de arresto. Se le acusaba de más de medio centenar de estafas cometidas en el Reino Unido, así como de blanqueo de dinero. También se le estuvo investigando, por hechos similares, en Estados Unidos. Hasta hace poco tiempo estaba cumpliendo condena en una cárcel del Reino Unido, acusado de otros delitos de robo, suministro de información falsa y obstrucción de la justicia. Precisamente, su reclusión en este centro justificó que el juzgado de Palma, que inicialmente había archivado el caso provisionalmente por la fuga del acusado, decidiera reabrir el sumario y tomarle declaración al magnate a través de una comisión rogatoria. Ahora, el juzgado de Palma da por cerrada la investigación y entiende que existen motivos más que suficientes para juzgar a Brown por delitos económicos que supuestamente habría cometido en Mallorca. En el auto judicial, la magistrada señala que se valió de cuentas a nombre de varias empresas sin actividad para blanquear, al menos, ocho millones de euros. Señala tambiénn que Brown carecía de actividad laboral que justificara los ingresos y el alto nivel de vida que desarrolló en Mallorca. Por ello, no ha podido justificar el alto nivel de vida que mantuvo en la isla, a través de la compra de bienes inmuebles y una flota de vehículos de lujo.

Brown, entre otras cosas, se hizo famoso en su país al convertirse en el principal donante del Partido Liberal Demócrata del Reino Unido. Financió la actividad de la formación política con dos millones y medio de libras esterlinas.

Durante el tiempo que estuvo residiendo en Mallorca no se privó de un solo lujo. Además de su mansión en Esporles, donde fue arrestado, también disfrutaba de una vivienda de lujo en Andratx, de unas oficinas en pleno centro de Palma y de un yate. Además, manejaba una impresionante flota de coches, como un Porsche todoterreno, un Bentley y un Jaguar descapotable. Tras ser detenido en Mallorca, fue extraditado a su país. Allí pasó unos meses en la cárcel, pero poco tiempo después quedó en libertad bajo fianza. Aprovechó esta circunstancia para huir de nuevo. Se escondió en la República Dominicana.