"Me llamaba diva, maricona y maricón de mierda delante de otros compañeros. Un día notaba que no podía respirar, me dio un ataque de ansiedad y decidí dejar el trabajo. A partir de ahí las humillaciones y el acoso fueron a más. Me di de baja y cuando fui a buscar el finiquito, discutimos y me acabó pegando un puñetazo". Es el testimonio de César Moquete. Monitor en un gimnasio de Maioris, hace cuatro meses cambió la propiedad del establecimiento y para él empezó un infierno en forma de homofobia que ahora ha llevado a la justicia y ha decidido denunciar en público.

"El dueño cambió hace cuatro meses. Enseguida supo que era homosexual. No es algo que yo vaya publicando pero tampoco lo escondo. Y ahí ya empezó a hacerme bromas. Me dijo que yo era el único maricón que le caía bien porque le traía dinero, ya que había traído muchos socios al gimnasio", relata cómo empezó una relación laboral tormentosa que fue yendo a más. "Luego empezó a insultarme, a burlarse de mí y a humillarme delante de mis compañeros", cuenta. Hasta que un día dijo basta y le comunicó que se iba. "Renuncié a mi trabajo porque no aguantaba más las humillaciones y burlas por mi condición sexual", confiesa. Sin embargo, los días que le quedaban fueron insoportables. "A partir de ahí las humillaciones y el acoso fueron a más", lamenta.

Tras obtener la baja por ansiedad, este lunes acudió a recoger su finiquito y se encontró con que el propietario del establecimiento le reclamó una cantidad económica que se negó a pagar. El encuentro derivó en una discusión en la que el responsable del gimnasio le acabó propinando un puñetazo en la cara, que denunció de inmediato a la Policía Local.

Homofobia en el trabajo

Ahora, Moquete planea ampliar la denuncia y llevar también a la justicia todas las humillaciones y ataques homófobos que ha vivido durante estos cuatro meses.

La asociación Ben Amics, que le ha estado asesorando, le apoyó ayer públicamente con una pequeña concentración frente al gimnasio al que también se sumaron alumnas de Moquete. "Nos preocupa que los casos que más estamos atendiendo de homofobia son en el ámbito laboral", denuncia el presidente de Ben Amics, Víctor Robles, que solo en un mes al frente de la entidad ya ha gestionado tres denuncias similares. Robles teme que esta sea una realidad muy extendida, a la vez que señala que "las agresiones homófobas son difíciles de cuantificar porque muchas no se denuncian y no se conocen".