"Nos movemos gritando por una igualdad de derechos de los niños" o "¡Escuela nueva ya!" fueron dos de los lemas que encabezaron la marcha de madres, padres y alumnos del colegio de Ses Comes de Porto Cristo, en favor de un nuevo centro y como protesta por la situación de estrechez que sufren desde hace una década. Pero no fueron los únicos.

La comunidad educativa de Campos también se concentró ayer para reivindicar la construcción de un nuevo colegio en la localidad. Diez años de peticiones, curso tras curso, a las diferentes administraciones municipales y autonómicas. Un tiempo que, hasta ahora, no ha servido para dar cumplimiento al lema que la comunidad educativa del colegio Joan Veny i Clar de Campos lleva todos estos años enarbolando: "A Campos volem Escola Nova Ja!".

Por un lado, en Porto Cristo, a las nueve de la mañana miembros de la Apima y personal docente se concentraron frente a la entrada de Ses Comes para, minutos más tarde, iniciar una marcha-protesta hasta la Junta de Distrito de Porto Cristo, donde la presidenta de la asociación de padres y madres, Aina Capó, entregó la petición de una solución efectiva a los problemas educativos de la localidad, al delegado municipal Joan Gomila, y a la concejala de Cultura, Antònia Llodrà. La manifestación se produjo tan solo unos días después del anuncio de la conselleria de Educación de acometer un proyecto de ampliación del CEIP con cuatro aulas nuevas para el curso 2019-2020, con el compromiso además de construir un nuevo centro cuando el ayuntamiento de Manacor ponga a su disposición un solar donde edificarlo.

Reivindicación histórica

Por su parte, en Campos, la concentración tuvo lugar a las 8.15 horas a las puertas del centro para evidenciar su "descontento e indignación" con la situación que llevan viviendo en la última década. "Diez años después, aún no están resueltos los problemas de solar. Es indignante", manifestaron los representantes de "A Campos volem Escola Nova Ja!", que pidieron a todas las administraciones implicadas "un poco de dignidad y que hagan realidad las promesas de los últimos años". La precariedad con la que se ven obligados a convivir profesores del colegio se evidencia en varias cifras expuestas ayer por padres de alumnos.

Jornada más tranquila se vivió en Calvià, Sóller y Andratx, donde los pequeños iniciaron las clases sin ninguna incidencia destacada.