La fiscalía de menores de Balears, que instruye los casos de presuntos delitos cometidos por jóvenes entre los 14 y los 17 años, investigó el año pasado 400 casos de adolescentes acusados de maltratar de obra o palabra a sus parejas o exparejas y a sus familiares, especialmente a sus progenitores.

La violencia de género, aquella en la que la víctima mantiene o ha mantenido una relación de pareja con el agresor, y la violencia doméstica, en la que los agredidos son otros familiares del agresor o personas especialmente desvalidas que vivan con él, preocupa a la Fiscalía de Baleares por su crecimiento exponencial.

En 2017 se abrieron 120 casos de violencia de género y otros 280 de violencia doméstica con menores como acusados en la islas.

No obstante, los delitos más cometidos por los delincuentes juveniles son contra la propiedad. Así en el ejercicio pasado se investigaron 440 hurtos, 280 robos con fuerza en las cosas y 371 robos con violencia o intimidación, una modalidad muy frecuente entre los adolescentes infractores.

La violencia, en forma de delito de lesiones, también es habitual en esa franja de edad. De hecho, el ejercicio pasado se registraron 403 causas en los juzgados de menores por lesiones.

La delincuencia juvenil siempre ha estado unida a la conduccción temeraria de vehículos, especialmente motocicletas. En 2017 se produjeron 138 casos de menores sorprendidos conduciendo coches o motos sin carné, otros 8 por conducción temeraria y 4 por circular borrachos o drogados.

En otro orden de cosas, 40 jóvenes menores de 18 años se vieron involucrados en narcotráfico, especialmente en la venta de marihuana o hachís. También se incoaron diligencias por 57 adolescentes que se resistieron a la Policía.