Jornada histórica en el CEIP Pintor Joan Miró de Palma. Por primera vez, sus puertas se han abierto a las ocho de la mañana para recibir a los alumnos de secundaria. Hasta ahora este centro escolar sólo era de Primaria. Ahora combinará colegio e instituto.

Son las 7.50 y vemos entrar a los primeros alumnos. Están nerviosos y a la vez muy ilusionados. Vuelven a ver a sus amigos, a aquellos que conocieron con apenas tres años. Y ahí siguen, juntos. Aunque algunos confiesan que no tenían "muchas ganas de comenzar". Es el caso de Araceli Cápita, quien afirma que le ha dado mucha pereza levantarse a las siete de la mañana. Pese al "madrugón", según dice, está contenta de volver a ver a sus compañeros. Esta joven de 12 años ya tiene un propósito para este curso: aprobar las matemáticas. Para ello asegura que irá a repaso.

Nada cambia. Todo es igual que el año pasado. La joven señala que está muy contenta de poder cursar sus estudios en el mismo centro. "Me encanta", indica. Un centro que siente como "su casa". Ya su madre estudió ahí, y después su hermano.

Daniela Fernández también ha madrugado y ha sido de las primeras en llegar a clase. Está nerviosa. "Tengo un nudo en el estómago", confiesa. Mira hacia un lado y hacia otro. Siguen entrando compañeros. Ella también comienza el curso con un propósito: no hablar tanto en clase. Amante del karate, su asignatura favorita es educación física, y la que menos le gusta, catalán. "Me cuesta mucho escribir y me equivoco mucho", comenta. Con todo el material preparado para la vuelta al 'cole', esta joven también "está contenta" de continuar sus estudios en el mismo centro. "Es como si todo fuera igual".

Los profesores les esperan en el aula. Vicenç Sánchez, jefe de estudios de secundaria del CEIP Pintor Joan Miró, les da la bienvenida. Tanto Sánchez como la directora del centro, Marina Vallcaneras, valoran la puesta en marcha de este proyecto y aseguran que es "muy positivo para los alumnos" porque continúan con el mismo proyecto educativo. ¿Sus valores? "Desde el aprendizaje hasta la convivencia".

En cuanto al uso de los teléfonos móviles, ambos profesionales coinciden en que es una herramienta que se debe utilizar para educar a los niños. "Más que prohibirlo lo que debemos hacer es enseñar a los niños cómo utilizarla adecuadamente", comenta Vallcaneras.