Los propietarios que quieran dedicarse al alquiler turístico deberán dotar a sus viviendas de estrictas medidas ambientales Entre otras cosas deberán contar con placas fotovoltaicas, tener una calificación energética de clase B, reutilización del agua y sistemas de recarga para vehículos eléctricos. Así lo establece el Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos (PIAT) elaborado por el Consell de Mallorca y que supone una restricción más para el alquiler vacacional.

La consellera insular de Territorio, Mercedes Garrido, inauguró ayer una jornada técnica con los ayuntamientos de Mallorca para darles a conocer el PIAT y disipar sus dudas en un instrumento tan controvertido. El Plan de Intervención de Ámbitos Turísticos, entre otros aspectos, es la herramienta que debe regular la actividad del alquiler turístico y las zonas donde se podrá desarrollar. Ahora está en periodo de exposición pública, que culmina el próximo día 1 de octubre.

Sobre las estrictas medidas de eficiencia energética y ambientales que se establecen para el alquiler turístico, Garrido indicó que serán de aplicación tanto para hoteles como para alojamientos de alquiler turístico. "Lo que se ha hecho ha sido incluir las principales medidas que prevé la nueva Ley de Cambio Climático que el Govern está elaborando", aseveró la responsable insular de Territorio.

Si bien la mayoría de hoteles ya cuentan con estas medidas de eficiencia energética y ahorro de agua, para los establecimientos de alquiler turístico supone una novedad importante que obligará a sus propietarios a realizar una elevada inversión para adecuar sus viviendas a la actividad turística. Además de placas fotovoltaicas y contar con cargadores de coches eléctricos a menos de 500 metros, se les obligará a estar conectados al alcantarillado o contar con fosas sépticas estanques, sistemas de doble descarga en inodoros y red de reutilización del agua de las duchas y los grifos. Las zonas ajardinadas deberán de ser con plantas de bajo consumo y el sistema de calefacción deberá ser de eficiencia del tipo A++.

Inquietudes municipales

Las principales inquietudes de los ayuntamientos estriban en las llamadas zonas maduras, que ahora se le ha cambiado el nombre por zonas vulnerables, ya que el Consell ha fijado una restricción elevada al alquiler turístico en estos núcleos. De igual modo, se pone sobre la mesa el alquiler vacacional en suelo rústico protegido, ya que en la mayoría de municipios existen numerosas casas de campo que podrían dedicarse a esta actividad.

El Plan de Intervención de Ámbitos Turísticos del Consell de Mallorca fija un techo de 430.000 plazas turísticas, de las que 315.000 son hoteleras y 115.000 para viviendas vacacionales, y establece una densidad máxima de 25 turistas por hectárea de suelo urbano o urbanizable.

En las zonas residenciales de los municipios y núcleos costeros solo se permitirán entre 6 y 12 turistas por hectárea, mientras que en Palma se fija un máximo de 8 turistas por hectárea.