Las últimas cifras proporcionadas por el aeropuerto de Son Sant Joan constatan lo que parecía imposible: seguir creciendo en número de pasajeros y operaciones, después de un lustro de récords continuados. El aeropuerto de Palma registró entre enero y julio más de 16,1 millones de pasajeros, lo que supone un aumento del 3,8% en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Son Sant Joan bate sus marcas de manera constante y se sitúa entre los tres primeros aeropuertos más rentables de España, junto a los de Madrid y Barcelona. Una potencia económica que, pese a todo, no se refleja en unas buenas condiciones laborales para los trabajadores, según denuncian sus representantes sindicales.

"Aena impone sus condiciones y gana. Las empresas concesionarias las asumen y ganan. El trabajador es explotado y pierde. Y eso será así mientras los trabajadores no logremos cambiarlo". Alejandro Tesías, responsable del sector de Hostelería y Turismo de UGT, resume así el "bucle" en el que viven buena parte de los tres mil empleados que en temporada alta hacen funcionar Son Sant Joan.

Representantes de UGT y CCOO de sectoriales como limpieza, vigilancia, 'handling' y servicios auxiliares denuncian el elevado nivel de "precariedad" que sufren verano tras verano por culpa de "la voracidad de Aena". El gestor aeroportuario, mitad público y mitad privado, es el gran señalado por patrocinar un sistema de contratas que premia a la empresa que menos dinero pide para desarrollar su actividad. "La consecuencia es que lo que la empresa ha dejado de ganar por la contrata lo tienen que ganar a costa de los trabajadores reduciéndoles horas, salarios o plantillas", lamenta María Llanos, secretaria del sector limpieza de UGT.

Un médico en todo el aeropuerto

Denuncian que estos últimos veinte años el aeropuerto ha crecido sin tener en cuenta las necesidades "básicas" de los trabajadores. "A estas alturas seguimos sin tener una sola área de descanso para desconectar entre vuelo y vuelo. Se han preocupado de que haya un 'pipican' mientras hay trabajadores que tienen que descansar en el coche", critica Tesías.

Asimismo, los representantes de los trabajadores advierten del "peligro" que supone que solo haya un médico y un enfermero para atender a los miles de trabajadores y pasajeros que pasan por Son Sant Joan. "Hace dos semanas un trabajador sufrió un infarto en una cafetería del aeropuerto y no le atendieron hasta pasados veinte minutos", advierten.

'Handling': Un 80% de temporalidad

El sector del 'handling' es uno de los que más acusan la precariedad. "Tenemos un 80% de temporalidad. Es decir, de cada cien trabajadores, solo veinte son fijos. Y lo más grave es que de ese 80%, solo un 25% o 30% pueden acceder a un contrato de seis meses de verano con 40 horas semanales. Donde podría haber un trabajador a 40 horas, hay tres a diez. Es un abuso", critica José Cambrón, secretario sectorial de Transportes de UGT.

Marga Alomar, de CCOO, hace 25 años que se dedica a esta profesión. Aunque reconoce que las condiciones laborales del personal fijo "no son malas", advierte la precarización galopante que está adquiriendo el sector para los trabajadores nuevos. "Las puntas de trabajo no son continuas y la empresa lleva a cabo una contratación de 3 ó 4 horas diarias que, con un salario base de 1.036 euros por 40 horas, no les da para vivir y tienen que combinar un trabajo con otro, lo que al final suponen muchas horas de trabajo con condiciones extremas. Antes no era así, y se contrataba por ocho horas, pero ahora un fijo discontinuo no tiene la garantía de tener un contrato de 8 horas", advierte.

A mediados de julio el sindicato CGT denunció que trabajadores del 'handling', contratas de restauración y seguridad "tienen que hacer jornadas maratonianas con distintas compañías para poder subsistir" y duermen en el párking del aeropuerto para poder descansar unas horas.

La precarización global de las condiciones, el hecho de trabajar en varias empresas para conseguir un salario acaba afectando gravemente a la calidad del servicio, a la profesionalidad, y a la experiencia: "Trabajar en el aeropuerto está dejando de ser una profesión para ser un trabajo de temporada", lamenta Marga Alomar.

Hostelería: Hacia un 2019 inquietante

Verano tranquilo en los bares y restaurantes del aeropuerto, pero UGT vaticina un 2019 conflictivo. "Esta temporada las plantillas se han mantenido. Pero nuestra preocupación es creciente porque el año que viene se termina la concesión mayoritaria [una empresa gestiona cerca de 25 bares]. Eso supondrá un descontrol porque cuando la concesión se divida, se reducirá la contratación. Y ahora hay otro problema añadido. Como que Aena es un depredador de dinero, ha permitido que las tiendas de prensa también se dediquen a vender sándwiches y botellas de agua, lo que supone una brutal competencia desleal", manifiesta Tesías.

Servicios auxiliares: Concursos desiertos

José Manuel Peces, de la sección de UGT en Acciona, subraya que el sistema de elección de contratas también perjudica a las empresas porque les deja sin apenas margen de maniobra cuando ganan un concurso. "Hace tres años la concesión de los 'fingers' [las pasarelas por las que los pasajeros acceden a los aviones desde la terminal] quedó desierta. Se presentaron varias empresas, pero las condiciones eran tan duras que a la ganadora solo le quedaban 50.000 euros anuales después de descontar las nóminas de los trabajadores. No le interesó a ninguna empresa, así que a Aena no le quedó otra que modificar las condiciones", señala Peces.

También ha habido problemas con el servicio para personas con movilidad reducida (PMR). "Antes se encargaba cada compañía con sus propios trabajadores. Pero alguien decidió que este servicio lo tenían que dar los aeropuertos. Las aerolíneas les pagaban 1.200 o 1.400 euros, y ahora han pasado a cobrar 900 euros. Y a tiempo parcial, la mitad. Esos son los negocios que hace Aena", indica Cambrón.

Seguridad y vigilancia: Botón del pánico

El capítulo de la seguridad de los empleados en el aeropuerto también está en cuestión. "Estamos hartos de pedir seguridad cuando tenemos que facturar un vuelo con muchos pasajeros conflictivos, pero no la ponen. Tenemos un botón del pánico para llamar cuando tienes problemas con un pasajero, pero cuando viene alguien ya te han empujado o pegado. Y si eso ocurre resulta que sólo tenemos un médico para todo el aeropuerto", lamenta Berta Rubio, representante de UGT.

Limpieza: Un presente satisfactorio

Sólo hay un colectivo que habla del presente con cierto optimismo. "Este año las limpiadoras estamos bastante mejor que otras temporadas porque hubo un cambio de contrata a mitad de mayo. Lo acogimos con temor pensando que no iban a contratar a suficiente personal con la consecuente sobrecarga de trabajo. No ha sido así, incluso han contratado más de lo que esperábamos. Aún así estamos vigilantes porque creemos que puede ser un parche de verano", destaca Llanos.

Sin embargo, plantea una seria objeción: el sistema 'happy' instalado en los baños para que los usuarios valoren el nivel de limpieza. "Los niños se ponen a jugar con ellos y generan una alarma que llega a los jefes de servicio, que marean a la trabajadora para que vaya cada dos por tres a ese aseo. Debería ser una simple encuesta, pero en lugar de eso lo utilizan como un método de vigilancia y control al trabajador".

Aena: Plantilla insuficiente

El comité de empresa de AENA reclamó a principios de julio un incremento de plantilla a la dirección del aeropuerto. Son alrededor de unos 500 trabajadores desde hace más de 10 años, "la plantilla no ha aumentado, al contrario, en 2012 se redujo con un ERE", explica el delegado sindical de CCOO en AENA, Miquel Àngel Flexas. Reconoce que aunque sus condiciones laborales no son malas respecto a los demás sectores del aeropuerto - sin tener en cuenta el 30% del personal eventual -, sí que están "sobresaturados de trabajo, y donde antes había tres trabajadores ahora sólo hay uno. En los últimos cinco años hemos aumentado un 20% el número de movimientos y de pasajeros, pero el número de trabajadores no se ha incrementado".