La conocida como la joyera de las estrellas y miembro de la familia al frente de Vidrios Gordiola, Mar Aldeguer, se despide con esta carta de su madre, Margarita Palou Colomet, fallecida el pasado sábado a los 93 años.

MAMÁ

"Nunca me acostumbraré a hablar de ella en el pasado, pues Lideta es una institución para mi, para mis hermanos y para sus nietos... En realidad para casi cualquiera que la haya conocido. Por donde pasaba dejaba huella... Y una huella buena y difícil de borrar.

No lejos de alcanzar una cantidad que se mide con tres cifras, seguía sin querer reconocer su edad, con una increíble capacidad de seguir mirando hacia el futuro, nunca perder la ilusión, tener proyectos y preocuparse por todos.

Vivió toda su vida admirando a mi padre y apoyando todas sus ideas sin separarse de su lado.Recibiendo a cambio una veneración por parte de él poco común. Para él era una Diosa. Dio a luz a todos sus hijos en su propia casa, en la muralla, (porque decía que en los hospitales robaban niños), encima de los hornos de la antigua fábrica de Vidrios Gordiola, la empresa que marcó toda su vida y por la que se recorrió el mundo en coche, en barco y en avión en busca de vidrios antiguos para crear un museo que posteriormente vio la luz en Algaida.

Sus hijos hemos sido su pasión. Todas las madres aman a sus hijos (o deberían), pero Lideta nos amaba de una manera extraordinaria. Pasaba por encima de nuestros defectos y destacaba nuestras virtudes, aún incluso sin que me quede claro de que lo pensase de verdad. Pero ella era alentadora y te hacía sentir importante.

Un día hicieron un test de inteligencia en el colegio y yo estaba preocupada por si no iba a dar la talla. A la primera pregunta de profesión del padre y de la madre, a ella, que había estudiado la carrera de piano con sobresaliente, le puse muy orgullosa: "PIANISTA" y ella, que aún tenía restos de la educación convencional, me dijo: Tenías que haber puesto "Sus Labores". ¿Sus labores" le dije yo. Esto no lo voy a poner nunca. No me gustan las mujeres que no trabajan. Tu no eres una mujer del pasado. Me gusta tener una madre pianista.

Cuando llegó el resultado le pregunté qué puntuación había sacado y vi como que me contestaba con evasivas... Al final me dijo: Has sacado una buena puntuación, podrás dedicarte a lo que quieras qué más da el porcentaje. Esas palabras me mataron. Pensé que había salido un auténtico desastre€Siempre me quedará esa intriga.

No la veías contando "batallitas" del pasado a menos que le preguntases, porque a pesar de llevar atrás una vida intensa llena de viajes y aventuras, le interesaba todo lo nuevo. Aprendió a conducir cuando a las mujeres se les permitieron ciertos privilegios, y no dejó de hacerlo hasta que ya se lo tuvimos que quitar, de hecho aprendió todo lo que le venía por delante. He visto a mi madre esquiar en el mar y nadar y bucear como si fuera un pez, saltar en una cama elástica con 80 años...

No perdió la capacidad de sorprenderse, de reírse de todo y disfrutar de cada momento€Se fue al cielo brillándole el pelo y pudiendo leer el periódico sin gafas al tiempo que detectaba una mota de polvo a metros de distancia o cualquier cosa que ninguno vemos o ni siquiera nos fijamos...

Le empezaron a doler las piernas y eso limitaba sus movimientos pero ella estaba convencida de que esto duraría poco y lo superaría. En esto es en lo único que el destino le jugó una mala pasada y fue de mal en peor hasta que decidió irse con Dios a dirigirnos desde arriba.

Sus impactantes ojos azules, su preciosa melena rubia, que secaba al viento y le quedaba mejor que en la peluquería, y su maravillosa sonrisa que desarmaba a quien la miraba, han sido siempre la envidia de todas y cuando paseabas con ella por la calle era ella la que recibía los piropos... Y aunque fuera de que no, ella sabia que seguía siendo muy guapa y ahora que está en el cielo, aun más. No era nada creída porque su madre, que fue una gran "sargenta" le decía que los cumplidos que recibía eran por pura educación, pero que era como "todas"...

Siempre ha actuado con la convicción de hacer las cosas de la mejor manera posible, su belleza externa era sin duda el reflejo de su interior y aunque también tenía algún que otro "defectillo", como todos, para mi es la mejor del mundo. Siempre repartiendo paz y amor.

Nunca la he oído gritar ni alterarse, pero siempre se ha salido con la suya, con esa capacidad de dialogar y convencer a cualquiera.

Cuando decía "Convendría hacer esto" sabías que era una orden, Ella parece que no imponía pero conseguía sus objetivos uno tras otro.

Cuando la abuela María se fue al cielo mi madre dijo que creíamos que era eterna, pero eso no se puede comparar con lo que pensamos de ella, pues Lideta, como todos la conocen, era una joven de 93 años. Siempre vital, pensaba que dormir era una pérdida de tiempo y nunca reconocía hacerlo aunque pudieras verla desfallecida en el sofá tras un día lleno de actividad frenética.

Si fuera un olor diría que es talco, crema Nivea o colonia fresca. Ropa limpia, aire fresco...

Si fuera un color diría sin duda el azul, blanco o rosa... tal vez arena.. en definitiva una playa. El paisaje que mejor la define. Agua y arena, sol, camisa blanca, ropa cómoda pero siempre elegante. Siempre natural, simplemente una diosa.

Amaba el campo, los animales y toda la naturaleza. Pasear por la ciudad, descubrir nuevos lugares, disfrutar de la gente, aprender cosas nuevas€ pero por encima de todo, disfrutaba de ser una buena persona.

Su último gran regalo fue concederme nuestro último verano juntas y cuando sabía que me tenía que marchar, ella decidió irse también, en silencio, sin hacer ruido, como siempre. Ahora vivirá en mi corazón hasta el resto de mis días.

Gracias mamá"