En los últimos años el sector turístico de las islas se ha pronunciado a favor de mantener el horario de verano en Balears. Así lo han expresado cada vez que ha resurgido el debate (normalmente coincidiendo con la fecha del cambio de hora) entidades como la Federación Hotelera, PIMEM o la Asociación de Restauradores.

Su teoría es que cuando se hace el cambio de hora a finales de octubre y se acorta la tarde, la tendencia de los ciudadanos es a recluirse en casa y por tanto se registra una fuerte caída de la actividad y la facturación.

Por eso Alfonso Robledo, presidente de la Asociación de Restauración, Bares y Cafeterías, ayer se expresó optimista con este primer paso anunciado por la Comisión Europea: "Somos de los primeros que lo reclamamos", recordaba. "El día del cambio de hora en octubre marca un antes y un después, después de ese día poco hay que hacer: al haber menos luz, la gente sale menos, se encierra en casa, es como si estuviera en nuestra mentalidad", describe. El auténtico fin de la temporada viene marcado por un cambio en el reloj que, a su entender, "no tiene sentido".

Desde PIMEM, que también había mostrado estos años su apoyo a las iniciativas a favor de conservar el horario estival todo el año, ayer se mostraron cautelosos dado que aunque Juncker ha defendido esta opción, después la Comisión Europea ha matizado que la propuesta es suprimir el cambio de hora, sin entrar si los países deben decantarse por el horario de invierno o de verano (y el Gobierno español tampoco se ha pronunciado en este sentido). Por eso, de momento aseguran estar analizando la situación.

Desde Illes amb Claror, Miquel Pou, el pedagogo que inició toda esta campaña hace más de dos años, se mostraba muy satisfecho del "ruido" que han conseguido hacer, que el debate haya llegado hasta Europa y que la Comisión Europea lo haya puesto en la agenda política. Pou comenzó este movimiento al concluir que no había ninguna razón objetiva que justificara el cambio de hora y decidió pasar de la crítica en la calle a la acción: "¿Por qué tenemos que hacer las cosas 'porque sí' ?".

¿Y por qué es mejor el horario de verano? Varias razones. A su entender, la excusa del ahorro energético ha quedado obsoleta y de hecho sostiene que si por la tarde hay más luz la gente estará menos en casa y consumirá menos energía doméstica y hará más gasto en bares y en pequeño comercio (y no tanto en grandes superficies). Además, cree que Balears sería un destino turístico más atractivo en invierno, contribuyendo a la desestacionalización.

Asimismo, Pou entiende que unas tardes con luz invitarían a realizar más actividades de ocio, lo que contribuiría al bienestar emocional de la población.