Una protesta de la organización independentista Endavant ha provocado la reacción airada de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGG). "En el País Vasco, Navarra y Cataluña empezaron así. Es triste que esté sucediendo lo mismo en Baleares y que las mujeres e hijos de guardias civiles paguen el pato del acoso independentista sufriendo este acoso", manifestó ayer un portavoz de esta asociación.
El desencadenante han sido dos pancartas colgadas por Endavant el pasado jueves cerca de las casas cuartel de la Guardia Civil de Palma y PalmaManacor. En ambas se leía la misma frase entrecomillada: "Tenemos la legitimidad para torturar", seguido de un "que se vayan". Esta protesta ha sentado particularmente mal en la AEGG porque tuvieron lugar cerca de dos instalaciones en las que los agentes conviven con sus familias.
"Estamos preocupados porque este podría ser un primer paso. Estas acciones se producen porque ni los guardias civiles ni los policías nacionales tienen reconocido el delito de odio. Pedimos una reforma del código penal para que al menos se reconozca para los hijos y las mujeres de los agentes", dijeron desde la AEGG.
Por su parte Endavant, organización independentista con presencia en los Països Catalans y de un perfil similar al de Arran, justificó su protesta. "Fue una manera de simbolizar que la Guardia Civil se siente legitimada para torturar. Basta ver la cantidad de denuncias por torturas practicadas sistemáticamente por este cuerpo durante décadas", manifestó un miembro de esta entidad en Mallorca.
Asimismo, recordó que en una grabación hecha pública en 2016 el coronel Jaume Barceló, máximo responsable de la Guardia Civil en Balears, justificó agresiones a los detenidos: "Hostias y un golpe lo hemos dado todos. Yo, así...".
Fuentes de la Delegación del Gobierno en el archipiélago indicaron que las dos pancartas se retiraron en menos de 24 horas y negaron que los agentes les hubieran trasladado que se sientan acosados tras estos hechos.
