Los sindicatos de las islas ven con preocupación la llegada de este tipo de modelos de empresas que "trasladan los costes al trabajador". Por ello, quieren "ponerles freno" y fomentar la organización de sus trabajadores para que reivindiquen mejoras: "Funcionan en solitario y es más difícil que se organicen y llegar a ellos", apunta José Luís García, secretario general de CCOO en Balears.

Admite que la problemática de los falsos autónomos no es exclusiva de este tipo de empresas, pero señalan que el auge de estas organizaciones "se disparan". Reclama por ello a Inspección de Trabajo "campañas concretas" para detectar y actuar con este fraude.

Parte del problema es que este tipo de modelos de negocio aterrizan en un mercado laboral, el español, ya muy precario de por sí. "El problema no es con un joven que quiera ganar cuatro duros haciendo de repartidor durante un tiempo", apunta García: "El problema es que acaben repartiendo personas porque no encuentran otra opción mejor y se resignan con un trabajo sin ninguna expectativa de estabilidad ni perspectivas". Con todo, este tipo de negocios fomentan aún más la precariedad laboral y social, deplora.

Pako Rodríguez, consultor en economía colaborativa y fundador de startupscolaborativas.com, matiza que aunque se meta a Glovo bajo el paraguas de la economía colaborativa, en realidad estamos ante un ejemplo de "economía de plataforma", un "punto de encuentro entre la oferta y la demanda".

Juan Franch, profesor de Derecho Mercantil de la UIB e investigador del grupo Dret de l'Empresa i Activitat Turística, ve futuro a estos nuevos modelos en Mallorca. Recuerda que el turismo "es el sector que más ha interactuado con internet" y concluye que "de nuevo se demuesta que las aplicaciones están revolucionando todo lo relativo a la contratación de servicios turísticos".

Franch y Rodríguez coinciden en que ésta es una realidad "imparable". El consultor señala que por ello España debe afrontar una regulación, aunque eso no quiere decir que haya que plegarse a todo lo que pidan las empresas. Pone de ejemplo la regulación propuesta en Francia, donde se ha creado una especie de "figura intermedia" entre el empleado y el autónomo, reconociéndole al trabajador derechos que le garanticen más seguridad.