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Interior extrema la vigilancia sobre dos presos yihadistas en Palma

La secretaría general de Instituciones Penitenciarias acentúa un programa de control de 134 internos vinculados a organizaciones terroristas islamistas - Uno de los reclusos pertenece a Al Qaeda y el otro al Estado Islámico

La cárcel de Palma, donde hay recluidos dos presos yihadistas M.M.

La secretaría general de Instituciones Penitenciarias, dependiente del ministerio del Interior, ha extremado el control sobre los 134 reclusos yihadistas de las cárceles españolas, dos de los cuales están internos en el centro penitenciario de Palma. Interior quiere evitar que estos presos se radicalicen más, "contaminen" a otros internos o reincidan en el terrorismo. El programa se extiende a otros 118 presos no vinculados a grupos terroristas, pero susceptibles de ser captadores (35) o captados (83) por los radicales. Sobre estos internos no hay información oficial de su ubicación.

Según estadísticas a las que ha tenido acceso este diario, y a fecha 13 de agosto pasado, permanecían privados de libertad en España 134 yihadistas, de ellos 72 preventivos y 62 penados. Dos de estos internos estaban recluidos en el centro penitenciario de Mallorca.

El cuadro también reseña la distribución de los presos pertenecientes a ETA y otras organizaciones terroristas, de los cuales no había ninguno interno en las cárceles de Balears. De los dos reclusos de Palma, uno está vinculado a Al Qaeda y el segundo al Estado Islámico o ISIS.

El imán de Ripoll

Interior puso en marcha estos protocolos en 2014, pero ha intensificado la supervisión del colectivo de internos vinculados al islamismo radical en el último año y tras los atentados de Barcelona y Cambrills. Tras aquellas matanzas se supo que el instigador había sido Es Satty, imán de Ripoll, que había estado cuatro años preso por narcotráfico. Es Satty salió de prisión el 29 de abril de 2014, poco antes de instalarse el programa preventivo. Se cree que su radicalización tuvo lugar en la cárcel y luego se convirtió en captador.

La vigilancia especial a estos internos es supervisada por los llamados Grupos de Control y Seguimiento de cada centro, que cada 15 días informan a Interior.

El caso de "Marquitos"

Interior no ha desvelado sus métodos de control sobre el yihadismo en las cárceles, pero lógicamente inciden en las comunicaciones, visitas y contactos de los 252 supervisados.

En octubre del año pasado trascendió que Karim Abdesalam Mohamed, de unos 40 años y conocido como "Marquitos", estaba interno en la cárcel de Palma. El preso estaba cumpliendo condena por ser el primer yihadista sentenciado en España por reclutar terroristas suicidas.

Karim Abdesalam estaba sometido a un severo régimen penitenciario, que no impidió que dibujara una bandera de ISIS en uno de los patios del centro, donde también aparecieron loas a Alá y al Islam.

Abdesalam cumplía condena en régimen de primer grado, lo que le impedía tener muchos contactos con otros presos.

"Marquitos" tiene la nacionalidad española y en octubre del 2017 ya llevaba cuatro años privado de libertad, restándole una condena de otros ocho.

Interior, al igual que hizo con ETA, aplica también sobre el yihadismo un plan de dispersión y alejamiento de los presos de sus lugares de residencia o de mayor arraigo.

De hecho, Karim Abdesalam Mohamed vivía en Ceuta y fue trasladado a Mallorca para mantenerlo lejos de su círculo más próximo, donde captaba a los terroristas suicidas.

La cárcel informó de los hechos a los juzgados de Vía Alemania, por si fueran constitutivos de delito y abrió también un expediente sancionador.

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