El Consell de Mallorcapresume del estado de conservación de los 180 puentes que se reparten por la isla y cuyo mantenimiento depende de la institución insular. Y descarta derrumbes como los que ha sufrido Italia: diez en los últimos cinco años, el último de ellos saldado con la muerte de 41 personas en Génova.

"Es imposible que suceda lo mismo", sentenció ayer Joan Cifre, director insular de Territorio e Infraestructuras. "No tenemos ningún problema de estructuras, las tenemos muy controladas. El puente que acaba de colapsar tenía más de doscientos metros. El más largo de Mallorca, el de Saridakis, mide noventa", añadió.

El Consell se apoya en empresas subcontratadas para revisar todos sus puentes, la mayor parte de las veces inspecciones oculares en las que no se detecta ninguna incidencia. "La isla está dividida en ocho zonas y en cada una de ellas se hacen revisiones anuales. Los puentes más importantes, que son sobre todo los de la Vía de Cintura, sí se revisan más a fondo para analizar si el hormigón ha perdido su resistencia", explicó Cifre en conversación con este diario.

Un trabajo "artesanal"

La institución insular tiene previsto ejecutar un programa de intervenciones en varias de estas infraestructuras "este año o el próximo" para solventar algunos daños detectados durante una exhaustiva revisión que empezó en 2010. "Son actuaciones de mantenimiento sobre pequeños desperfectos, es un trabajo casi artesanal. No tenemos ningún puente que esté en situación crítica ni nada parecido", subrayó el director insular.

Las afectaciones más comunes son la aparición de grietas, el desvío de algún hierro que refuerza la estructura o golpes causados por los coches. Los técnicos ponen la lupa sobre los apoyos y los materiales que se dilatan con el frío y el calor.

Algunos puentes forman parte del paisaje de la isla desde los años 70. Son los más antiguos, pero en opinión de Cifre están lejos de considerarse obsoletos. "Son mazacotes de hormigón armado, tienen una vida muy larga", afirmó. Algunos ejemplos son el que une Son Gotleu con el antiguo Estadi balear, el de sa Indioteria, el que se levanta junto a la antigua planta de la Coca-Cola o el que une el Coll d'en Rabassa con el Fan Mallorca.

Estos dos últimos serán demolidos por exigencias del proyecto de construcción de la vía conectora, que en esa zona prevé sustituirlos por dos estructuras de mayor altura.

Ya en la década de los 80 se levantó un segundo tipo de puentes llamados postensados, "más esbeltos, también construidos a base de hormigón pero reforzados con cables hechos de un material de alta resistencia". Algunos ejemplos son el puente que se encuentra sobre la rotonda de Can Valero, el de la Vía de Cintura a la altura de la salida de Sóller y los que cruzan la autopista de Inca a partir de IncaSanta Maria.

En la isla hay una última y tercera tipología, los llamados puentes mixtos, reforzados con metal en su parte inferior y hormigón en la superior. Un ejemplo característico es el que se levanta junto a Son Espases.

Mallorca no ha tenido que lamentar hasta la fecha calamidades relacionadas con el colapso de infraestructuras como las que está sufriendo Italia. Tampoco en ninguno de los once túneles que se distribuyen por la isla y que se someten a tareas de mantenimiento para tapar goteras y reforzar la estructura.