Miedo a que te mantengan con vida a cualquier precio. Miedo a que no hagan todo lo posible (y hasta lo imposible) por mantenerte vivo el máximo tiempo posible. Miedo a que alguien, con su mejor intención y el corazón lleno de preocupación, tome una decisión que tú no hubieras tomado jamás. Miedo a que tu voz se pierda en uno de los momentos más decisivos de tu vida. Son sólo algunos de los motivos por los que, desde 2006, casi medio millar de personas en las Pitiüsas han formalizado su declaración de voluntades anticipadas.

"Es un documento legal en el que una persona que está en sus plenas facultades deja por escrito cómo quiere ser atendido sanitariamente en el momento en el que no pueda expresar su voluntad", indica Marga Frontera, directora general de Acreditación, Docencia e Investigación de la conselleria balear de Salud. En él, la persona puede dejar especificado tanto lo que quiere que le hagan como lo que no quiere. "Lo que sí y lo que no son dos caras de una misma moneda", apunta Frontera, que destaca que una de las cosas que muchas personas quieren evitar es el llamado "ensañamiento terapéutico". Curiosamente, muchas otras piden todo lo contrario.

El testamento vital no es sólo una garantía de que los médicos no actuarán en contra de la voluntad del enfermo sino también, afirma la directora general, un acto de "generosidad" hacia sus seres queridos. Les descarga de toda responsabilidad. De las dudas. De la incertidumbre de no saber si están obrando como quien se encuentra entre la vida y la muerte hubiera querido. De la culpabilidad. En estos momentos tan complicados, además, es difícil mantener la cabeza clara. Los nervios, la preocupación y el miedo lo emborronan todo. Tomar decisiones es complicado. Con el documento firmado no tienen que hacerlo. Y, si se les pasa por la cabeza hacerlo, dará igual. "Siempre, siempre, lo que el paciente ha expresado por escrito prevalece sobre lo que digan los familiares", aclara Frontera, que insiste en que sólo se recurre al documento si el enfermo no puede manifestar su voluntad. Si está consciente, en plenas facultades y puede comunicarse, su voz está por encima de todo. La declaración de voluntades anticipadas no es un documento definitivo. Quien lo firma puede revocarlo en cualquier momento. O modificarlo.

"En general, en el Mediterráneo, el tema de la muerte aún es tabú", reflexiona Marga Frontera, que afirma que éste es el principal motivo por el que las tasas de testamentos vitales en la islas están "muy por debajo" de las de los países anglosajones y nórdicos, que son los más avanzados en este aspecto. "Se nota que, poco a poco, van aumentando, hay más declaraciones de voluntades anticipadas, pero seguimos muy por debajo de ellos", apunta. De hecho, señala que el 19% de las personas que han formalizado este documento en Balears son extranjeros que residen en las islas. Ahí también puede estar la clave a una pregunta que en Salud llevan haciéndose hace años: por qué la tasa de testamentos vitales de Menorca está tan por encima de la media estatal y autonómica. En esta isla hay 10,8 declaraciones por cada mil habitantes cuando en España la media es de 5,32 y en Balears, de 6,5. En estos momentos, en las islas hay cinco menores de edad que han registrado su testamento vital, señalan desde la conselleria balear de Salud, que recomienda a quienes firmen este documento que informen de ello a sus familiares y seres queridos y que, además, les entreguen una copia. "Es importante que la familia lo sepa. También que se nombre a un representante", afirma la directora general.

Frontera destaca que redactar el testamento vital es un acto "muy personal". Algunos lo tienen todo tan claro que sólo necesitan quince minutos para zanjarlo. Otros, en cambio, acuden varias veces a la oficina, consultan con su médico de cabecera y le dan muchas vueltas antes de presentarlo en el registro. Quienes más se preocupan por dejar atado este tema son las mujeres, que firman hasta el 64% de estos documentos, especialmente cuando se acerca la hora de la jubilación: el 54% de las declaraciones corresponden a mayores de 65 años. Salud tiene un "documento tipo", pero la persona puede añadir cualquier indicación. Algunas de las más habituales son que los familiares accedan a la donación de órganos, que no se actúe en contra de los preceptos de la religión que profesan y que no se les alargue la vida mediante máquinas o tratamiento si la situación en que se encuentran es "irrecuperable".

Testamento vital: Se puede revocar y modificar

La declaración de voluntades anticipadas se puede revocar o modificar. Esto se puede hacer de la misma forma en la que se formalizó: en los puntos acreditados por la conselleria de Salud, delante de un notario o delante de tres testigos mayores de edad, que conozcan a la persona y que estén en sus plenas facultades. En estos dos últimos casos, el documento deberá presentarse otra vez en el registro autonómico para sustituir a la anterior declaración.