Un total de 10.223 recién nacidos en las islas se sometieron el pasado año al programa de cribaje neonatal de enfermedades endocrino-metabólicas, popularmente conocido como 'la prueba del talón', que lleva a cabo el servicio de Prevención de la Enfermedad de la dirección general de Salud Pública en esta comunidad autónoma desde el año 1979.

Con esta prueba, que se realiza a todos los bebés nacidos en las islas, sean de la nacionalidad que sean y nazcan en el lugar que nazcan, hospitales privados, públicos o domicilios particulares, se persigue detectar de manera precoz hasta siete enfermedades con el fin de mejorar la calidad de vida y la supervivencia de los niños/as a las que se les realiza.

"Estas enfermedades endocrino-metabólicas son congénitas (aparecen en el momento del nacimiento), muchas de ellas son hereditarias y la falta de un diagnóstico y de un inicio de un tratamiento precoz puede complicar muy gravemente la vida o el desarrollo intelectual del bebé, ya que muchas de estas enfermedades cursan con síntomas neurológicos", explican dos técnicas responsables de este servicio que prefieren salvaguardar su identidad.

Los resultados del cribaje del año pasado arrojaron 11 diagnósticos de alguna de las enfermedades analizadas, detectaron a 67 bebés portadores de dos de ellas (anemia falciforme y fibrosis quística) y otros 24 quedaron en seguimiento endocrino por una sospecha diagnóstica de un posible hipotiroidismo congénito, según datos facilitados por el servicio de Prevención de la Enfermedad.

"Es una prueba gratuita y universal que se realiza a todo recién nacido en las islas. Aunque no es obligatorio hacérsela, en los últimos tres años tan solo se han negado los progenitores de un solo bebé", recalcan las técnicas, que recuerdan que, sin negativa expresa, se realiza a todos los recién nacidos que vienen al mundo en las islas.

Todas las analíticas, independientemente el lugar de nacimiento del bebé, se realizan en los laboratorios del hospital de Son Espases. Y la prueba consiste en la extracción de una muestra de sangre entre las 48 y las 72 horas después del nacimiento, antes del alta hospitalaria, y después de que el neonato haya completado dos ingestas satisfactorias de alimentos, detallan las responsables. "¿Por qué en el talón? Porque sabemos que allí hay sangre y su extracción es menos problemática", aclaran esta incógnita.

En caso de que el resultado de la prueba sea dudoso, se repite. Y si da positiva, el laboratorio contacta inmediatamente, el mismo día, con los padres o tutores legales del neonato y con el equipo de pediatría correspondiente con el objeto de derivarle urgentemente a su hospital público de referencia para su estudio diagnóstico, control y seguimiento.

Siete enfermedades sin cura

La prueba busca detectar hoy en día siete enfermedades (ver recuadro bajo estas líneas) ninguna de las cuales tiene cura, "pero, con tratamiento, se consigue una gran mejora del paciente, que prácticamente puede hacer una vida normal. El tratamiento, eso sí, debe darse antes de que aparezcan los síntomas en los primeros meses", apuntan las técnicas.

"Pese a que la inmensa mayoría de los recién nacidos dan negativo en la prueba, está fehacientemente demostrado que mejora la calidad de vida y la supervivencia de los niños/as que sí dan positivo. Les cambia la vida. Y no solo a ellos, también a sus familias. Porque se trata de enfermedades que tienen una gran repercusión social por su gravedad. Obligan en ocasiones a uno de los progenitores a dejar su empleo para cuidar de su hijo y generan muchos desembolsos. Por eso esta prueba nos ahorra muchos gastos y sufrimientos", concluyen las técnicas del servicio de Prevención de la Enfermedad.