La Universitat admitió ayer que en el campus se mueven obras y piezas de su fondo artístico sin que se comunique al servicio de Patrimonio, y sin que quede por tanto reflejado en el inventario que la institución académica va actualizando cada año o dos años aproximadamente.

La UIB reconoció que, como publicó el jueves este diariocomo publicó el jueves este diario, un grupo de alumnos encargado de actualizar el catálogo no pudo encontrar una treintena de las 300 obras que conforman el patrimonio artístico de la Universitat: "Se detectó que una treintena de obras no se encontraban físicamente en el último lugar donde estaban inventariadas". Desde Patrimonio se asegura que aunque los alumnos no las encontraran, las obras no estaban "perdidas" ya que desde el servicio se sabía dónde estaban "la mayoría", aunque no constara por escrito en el registro. Y que en cualquier caso, "la obra mayor está toda en su sitio".

Pilar Maldonado, responsable de este servicio, explicó a este diario que en cuanto se le transmitió esta información interrumpió un sondeo científico que estaban realizando para darle prioridad a esta cuestión. En dos semanas, revisaron la ubicación de las piezas y comprobaron que muchas de ellas estaban en el almacén de Son Lledó; otras en Cas Jai y algunas en Sa Riera. En total, localizaron 26 piezas.

"A 31 de julio solo faltaba encontrar seis láminas de obra menor", subraya el comunicado oficial, "obras menores" cuya ubicación "queda pendiente de comprobar" ya que están en despachos de trabajadores que están de vacaciones. Según la responsable de Patrimonio hay profesores que mueven los cuadros, las guardan en un armario o las apartan, y que los cambios de estas "obras menores" no se suelen comunicar al servicio.

El caso del Tàpies

Entre los treinta bienes que no estaban dónde oficialmente debían estar sí había un cuadro considerado "obra mayor": un Tàpies; una pieza que justamente fue propuesta para formar parte de una exposición de cuarenta cuadros organizada el curso que viene para seguir conmemorando los 40 años de la Universitat. Fuentes universitarias aseguran a este diario que el Tàpies fue una de estas piezas que reaparecieron sorprendentemente en el edificio de Sa Riera después de que saltaran las alarmas y Patrimonio empezara los movimientos para la localización de las piezas. Por contra, tanto el vicerrector de Relaciones Institucionales, Jordi Llabrés, como la responsable de Patrimonio, lo niegan y aseguran que el Tàpies nunca salió del edificio de Son Lledó y que simplemente fue movido de una sala a otra.

El patrimonio artístico de la UIB está conformado por 298 piezas e incluye varias obras de Tàpies, además de otras de Miquel Barceló, Maria Carbonero, Joan Bennàssar... También forman parte de este patrimonio los símbolos históricos de la UIB.

La responsable de Patrimonio insistió ayer en que las piezas importantes están todas localizadas y sobre la considerada obra menor señaló que se están planteando eliminar del inventario artístico algunas piezas (como carteles o algunas litografías).

Tanto Llabrés como Maldonado también negaron ayer que el tema haya generado nerviosismo entre el rectorado, como certificaron a este periodico las fuentes anteriormente citadas. Según el vicerrector, la situación se asumió "con normalidad" y no como un problema. El responsable de Relaciones Institucionales quiso razonar que la Universitat es joven y no tiene un nivel de patrimonio ni un sistema de gestión de éste como pueden tener otras universidades de tradición centenaria.

Los alumnos que detectaron estas 30 ausencias realizaban este trabajo encomendado por el departamento de Ciencias Históricas y Teoría de las Artes, encargado de documentar las obras artísicas de la Universitat para confeccionar un catálogo que después ha de servir para la exposición prevista por los 40 años.