Verano caliente para Vueling y sus clientes. La penúltima cancelación de la aerolínea afectó la noche del miércoles a 176 pasajeros que debían despegar de Bilbao a las 23:00 horas con destino a Palma. "Ahora empieza la verdadera batalla porque les vamos a reclamar todos los gastos", relató Sonia Olivera, que aterrizó ayer en Son Sant Joan al filo de las 13:30 horas junto con su pareja después de pasar una noche en vela en el aeropuerto de Loiu.

El avión que debía transportar a los pasajeros a Son Sant Joan no pudo llegar a tiempo a Bilbao "por condicionantes metereológicos en Europa", informó un portavoz de la aerolínea a este diario. "El aeropuerto de Loiu cierra por la noche, así que a partir de una determinada hora no se puede operar", añadió.

Olivera describió una noche de pesadilla que incluyó la presencia de la Guardia Civil y un equipo de la televisión autonómica vasca ETB. "Recibimos el aviso de la cancelación de Vueling por mensaje cuando ya estábamos en el autobús para ir al aeropuerto. Nos cambiaban automáticamente las tarjetas de embarque por otras en el siguiente vuelo a Palma, que salía a las 7 de la mañana y hacía escala en Barcelona", relató Olivera.

"Éramos unos ochenta en el aeropuerto, imagino que el resto eran de Bilbao y podían quedarse a dormir en sus casas. Al principio nos comunicaron que nos buscarían alojamiento, pero no encontraron nada porque es agosto. Así que nos dijeron que buscáramos hotel por nuestra cuenta y que ya nos abonarían 150 euros para pagar la habitación, la cena y los desplazamientos", recordó la mujer, todavía sorprendida por la propuesta: "Ya era medianoche, a dónde querían que fuéramos a buscar un hotel a esa hora. Estuvimos buscando en internet y estaban todos muy por encima de 150 euros".

Decidieron pernoctar en el aeropuerto, pero también hubo problemas. "Una trabajadora de Aena nos dijo que no podíamos quedarnos porque el aeropuerto cerraba entre la 1 y las 5. Nos echaban a todos a la calle de madrugada con frío, lloviendo y sin hotel. Nos sublevamos, y como mucho nos ofrecieron un rincón en el párking del 'rent a car' que por supuesto rechazamos", contó.

Llega la televisión vasca

Un equipo de la televisión autonómica vasca se presentó en el aeródromo para informar del incidente. "Quedábamos una docena de personas, el resto se había ido a la aventura, o tenían algún amigo con el que quedarse. Empezaron a entrevistarnos, pero alguien de Aena dijo que no tenían permiso para grabar y nos echaron fuera. Incluso llamaron a la Guardia Civil. Al final comprobaron que sí tenían autorización y pudieron hacer su trabajo", relató Olivera.

Bien entrada la madrugada Aena accedió a dejarles dormir en el aeropuerto: "Cogimos un banco incomodísimo. Hacía mucho frío y pedí una manta a una trabajadora. Estaba cabreada porque habíamos llamado a la tele, así que me dijo que no tenía nada para taparnos. No pegué ojo en toda la noche y a las 6 ya estábamos otra vez de pie para embarcar. Nuestra cena fue un 'Kit-kat' de la máquina y un café descafeinado".

Parte de los pasajeros llegaron a Palma en el vuelo de Olivera y su pareja haciendo escala en Barcelona. Otros cogieron uno directo, pero tuvieron que esperar algunas horas más.