¿Qué lleva a una persona, mayoritariamente mujeres, a ejercer la prostitución?

Hay varios factores, pero entre ellos están la feminización de la pobreza, las migraciones y los movimientos de personas refugiadas, que son una población especialmente vulnerable. Son básicamente motivos económicos y de vulnerabilidad. La prostitución es siempre un último recurso, cuando ya se han agotado todas las alternativas posibles, y más cuando tienen hijos y deben de mantener una estructura familiar. Son situaciones extremas.

La crisis supuso devolver a la situación de prostitución a mujeres que habían logrado salir de ella. ¿Cómo han vivido este problema?

Muchas tuvieron que regresar pese a que habían logrado alcanzar una situación económica más o menos estable. Pero la destrucción laboral las ha obligado a ese retorno porque no les ha quedado más remedio. Lo viven muy mal. El estigma social que conlleva hace que su autoestima esté muy deteriorada. Entre mujeres tan vulnerables, el daño de la crisis es 20 veces superior al de una persona en una situación más normalizada.

¿Ejerciendo la prostitución se gana más que con un empleo estable de nivel medio?

No, y sobre todo teniendo en cuenta que estas mujeres muchas veces son víctimas de trata y tienen una deuda contraída, deben de abonar una comisión a las personas que les ofrecen o protección o vigilancia, más el pago de peluquería y servicios externos. A la mayoría de ellas les quedan los recursos justos para vivir día a día. Es un bucle del que no tienen capacidad económica para salir.

Hay quien acusa a algunas de ellas de ganar más robando al cliente que ejerciendo la prostitución

Es totalmente falso. Solo en un 3% de las denuncias de robo en Magaluf aparecen relacionadas.

¿Cuáles son las principales vulnerabilidades de estas mujeres?

Son muy vulnerables a las agresiones, incluidas las que tienen un carácter racista, y a las enfermedades de transmisión sexual. Son especialmente vulnerables en la calle, e incluso en los pisos si están solas. Los clientes, o prostituidores como nos gusta llamarlos, son una fuente de agresiones. Llevamos unos años detectando una práctica por parte de algunos que consiste en quitarse el preservativo para eyacular sobre ellas. Eso es una violencia sobre la mujer, que padece una situación de riesgo que no debería de asumir. En este aspecto, ellas están muy concienciadas por su propia protección, y por ejemplo, dentro de nuestra labor está distribuirles preservativos, tanto masculinos como femeninos. Y además, en la calle son vilipendiadas.

En los informes de Médicos del Mundo se destaca el aumento de su vulnerabilidad al crecer las mujeres en situación de prostitución que ejercen en la calle. ¿Cómo lo vive ellas?

Con mucho temor, pero no les queda más remedio. Hay una reducción de clubs, que es donde están más protegidas. Los mayores riesgos los padecen en la calle.

¿La facilidad con que los jovenes acceden al porno por internet y asumen algunas prácticas sexuales agrava lo que estas mujeres deben de soportar?

Lo que es evidente es que hay una deficiencia muy importante en materia de educación sexual. Por eso en Médicos del Mundo tenemos programas en los que se va a los colegios e institutos a educar al respecto. Pero cada prostituidor es un mundo.

¿Cuáles son las situaciones más graves que viven las mujeres en situación de prostitución?

Cualquier víctima de trata ha vivido situaciones que son para echarte a llorar. Quizás el ejemplo más representativo es el número de violaciones de que son objeto antes de ponerlas en situación de prostitución para anularlas y que luego no le generen ningún problema al cliente.

¿Por qué usan el término prostituidor para referirse al cliente?

Hay oferta porque hay demanda. Cualquier hombre que accede a una mujer pagando la está manteniendo en una situación de prostitución. Esto requiere un cambio educativo. Existe un modelo heteropatriarcal, con padres que llevan a sus hijos al cumplir la mayoría de edad a un prostíbulo o tíos que lleva al sobrino. Es un modelo que se perpetúa. Es difícil cambiar la mentalidad de alguien de 40 años, pero sí se puede trabajar dentro de las aulas y hacer entender que el cuerpo propio y el de una mujer merecen el máximo respeto. Los niños y niñas son enormemente receptivos.

¿Se debe de aspirar al modelo de prostitución legal, al alegal o al ilegal?

Nosotros defendemos un modelo abolicionista, que no significa ilegal, sino que socialmente deje de existir. No podemos aspirar a legalizar algo que desde nuestro punto de vista es violencia de género. La prostitución es siempre una agresión a la mujer. Es un problema que debe de afrontarse desde la educación de los más jóvenes y el cambio de mentalidad.