El semanario estadounidense Time dedica un amplio informe a la masificación turística que sufre Europa y a los efectos que este fenómeno tiene sobre los residentes. La prestigiosa publicación utiliza a Venecia y a Barcelona como paradigmas, pero también se ocupa de Mallorca y de otros enclaves europeos que se debaten entre los beneficios económicos que genera el turismo y sus efectos dañinos cuando está fuera de control.

'Europa ganó miles de millones con los turistas. Ahora los está alejando', es el sugerente titular de un informe que arranca con cifras de trazo grueso: "De los 1.300 millones de llegadas internacionales contabilizadas por la ONU a nivel mundial el año pasado, el 51% se produjo en Europa, un 8% más que el año anterior".

Ante un verano en el que se "superarán todos los récords", la revista constata que "la frustración en Europa crece". Y como ejemplo, Mallorca. "La primavera pasada se sucedieron manifestaciones antiturísticas en muchas ciudades de Europa. El 14 de julio, manifestantesy recibieron a los pasajeros en el aeropuerto con carteles en los que se leía que 'el turismo mata a Mallorca'", refleja Time. El informe repasa las iniciativas que han puesto en práctica algunas administraciones locales para "tratar de controlar las oleadas que obstruyen las calles, disminuyen la oferta de viviendas, contaminan las aguas, convierten los mercados y monumentos en zonas prohibidas y, en general, hacen la vida imposible para los residentes".

El reputado semanario atribuye esta explosión del turismo a la expansión de compañías 'low cost' como Ryanair o Easyjet, la popularización de Airbnb e incluso el cambio climático, que ha alargado los periodos estivales haciendo más accesibles y atractivas zonas antes poco exploradas.

El artículo también responsabiliza del 'boom' a los "gobiernos locales" que "intentaron estimular el turismo para recaudar dinero" y ahora tratan de legislar para limitar sus efectos nocivos. Se refiere a la prohibición de construir nuevos hoteles en Barcelona, al incremento de los impuestos turísticos en enclaves como Grecia o a la restricción de visitantes a museos o monumentos emblemáticos. Airbnb protagoniza algunos de los párrafos más incisivos del artículo. "Ha generado ingresos para los residentes del centro de la ciudad con habitaciones libres y segundas propiedades", dice Time, que a continuación muestra el reverso de la moneda: "Algunas personas se benefician más que otras. Los inversores astutos compran propiedades en ubicaciones deseables y las convierten en apartamentos turísticos, lo que provoca escasez de viviendas y aumenta los precios".