El impacto de la revelación de que la Iglesia de Mallorca practica unos 25 exorcismos anuales ha causado sorpresa también entre los especialistas de la salud mental. Psicólogos y psiquiatras consultados por este periódico rechazan de forma frontal los exorcismos como elemento de curación y aseguran que la posesión demoniaca es un claro síntoma de enfermedades psíquicas.

El psiquiatra y presidente del sindicato médico, Miguel Lázaro, dejaba claro que "los trastornos espirituales no están reconocidos por la neurociencia, pese a que hay que tener en cuenta que el ser humano busca la espiritualidad y el cerebro tiene un mapa de neurotransmisores que conectan esta espiritualidad". Lázaro quiso diferenciar entre espíritu y religiosidad y recordó que en la Edad Media se quemaba a la gente que padecía procesos psicóticos creyendo que estaban poseídos por el maligno. "Es significativo que el propio Vaticano rebaje a solo un 3% las personas poseídas por el demonio. Seguro que si analizamos este 3% también encontramos dolencias mentales", indicó el psiquiatra; que también recomendó a estas personas "que pidan ayuda a un especialista en vez de pedir perdón".

Los psiquiatras y psicólogos consultados advierten que las personas que se avienen a ser asistidas por un exorcista tienen profundas creencias religiosas y el ritual puede tener efecto placebo.

Amparo Vidal, psicóloga de orientación psicoanalítica, aconsejó en primer lugar que "para estos casos lo fundamental es pedir ayuda a un profesional de la salud como son los psicólogos y los psicoanalistas". Vidal explicó el origen de estas creencias: "Antes de existir el campo de la psicoterapia, las personas aquejadas de trastornos psíquicos acudían al sacerdote. De hecho, el campo "psi", como la psicología y el psicoanálisis, son disciplinas muy jóvenes, unos 120 años. Según el pensamiento religioso los síntomas histéricos fueron considerados posesiones demoníacas, en cambio el pensamiento científico los consideró como trastornos funcionales de origen psíquico, es decir: la mente tocando el cuerpo". La psicóloga incidió en que "el sentimiento de culpa está detrás de los trastornos obsesivos" y por ello se podría explicar la afluencia de personas a los exorcistas.

De igual modo, Amparo Vidal recordó que puede que estos rituales "hagan desaparecer el síntoma de forma temporal, pero la persona no tendrá cura, ya que la enfermedad no desaparece".

La psiquiatra y psicoterapeuta de Son Espases Concepció Bardolet aseguró que este tipo de rituales "pueden llegar a ser peligrosos para la salud y me parece inadecuado que se realicen". Bardolet recordó que al fin y al cabo son trastornos mentales que deben ser tratados como tal. La psiquiatra cree que este tipo de rituales son "propios de otras culturas y de gente de otros países".