Desde hace días se alertaba de que la entrada de agosto en Mallorca se iniciaba con la primera ola de calor del verano, con temperaturas que estuvieron alrededor de los 35 grados de máxima en toda la isla, aunque uno de los termómetros de Palma marcó ayer 38 grados al sol. Las recomendaciones para estas situaciones de sofoco son, principalmente, evitar el ejercicio físico en las horas centrales del día, el uso de ropa ligera y fresca, la constante hidratación, sobre todo los mayores y niños, o dejar la cafeína y el alcohol a un ladoevitar el ejercicio físico en las horas centrales del día, el uso de ropa ligera y fresca, la constante hidratación, sobre todo los mayores y niños, o dejar la cafeína y el alcohol a un lado.

Normalmente, ante las altas temperaturas, los residentes y turistas aprovechan para pasar el día en la playa y dejar el paseo por la ciudad para otra ocasión. En cambio, ayer se vio como en Palma hubo una afluencia de gente habitual. Algunos comerciantes expresaron su sorpresa, ya que "esperábamos menos clientes de lo habitual para un día como este". Las terrazas de muchos de los bares del Passeig des Born o Plaça Espanya al mediodía se encontraban llenas, pero eso sí, no faltaron los complementos estrella del verano, las gafas de sol, los sombreros y, sobre todo, los abanicos.

"La verdad es que no nos molestan estas temperaturas, queríamos experimentar un día así en Mallorca", explicaron dos turistas alemanes que tomaban un refresco por la ciudad, "en Alemania raras veces hace este calor", añadieron. Muchos de los visitantes aprovecharon el día para pasear durante las primeras horas y finalmente, tal y como contaron dos extranjeros de New London, en Estados Unidos, "por la tarde iremos a la piscina del hotel a nadar", aunque también se presentaba la opción de dos turistas de Oviedo, que aprovecharon para "ir a la playa de Es Trenc". Estas dos visitantes ovetenses se sorprendieron del contraste entre el norte de la Península y Mallorca, "en todo julio vimos cinco días el sol", explicaron.

Una imagen habitual con las olas de calor es la de ver tanto a residentes como visitantes refrescándose en las fuentes públicas de la ciudad, aunque ayer la estampa en la mayoría de ocasiones fue la de fuentes vacías, solo algunas personas se atrevían a bañarse. Los tradicionales caleseros, que transportan a turistas con el empuje de caballos, tampoco tuvieron que interrumpir sus servicios en la jornada de ayer, durante el mediodía se vieron a bastantes de las pequeñas carrozas llevando a visitantes de paseo por Palma. Cabe destacar que ayer Mallorca estaba en alerta amarilla, si hubiese sido naranja la actividad de los caleseros se tendría que haber suspendido por el bien del animal.

A diferencia de la mayoría de turistas, los residentes se han mostrado menos partidarios de la calor, "es un día horroroso" decía José, un habitante de Palma, "uno no se puede acostumbrar a esta sensación de sofoco", afirmaba Catalina, residente en Sóller. Sin duda, muchos deseaban estar bajo el aire acondicionado.

Según datos proporcionados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), hasta ayer a primera hora de la tarde la temperatura máxima registrada en Baleares fue la de Campos con 36 grados y medio, seguido de Porreres con 36,2 grados o los 35,9 de Llucmajor. Además, la AEMET ha destacado que esta ola de calor "tardía" en comparación con otras registradas en los últimos veranos podría durar un día menos de lo previsto, por lo que remitirá a partir del sábado y el domingo los termómetros empezarán a bajar.

En Balears, las primeras noches de agosto serán tropicales, es decir, que las temperaturas no bajarán de los 20 grados. El jefe de predicción y portavoz adjunto de AEMET en Balears, Miquel Gili, informó que a partir de hoy las mínimas "no bajarán de los 23 o 24 grados", siendo muy complicado conciliar el sueño.