Aparte del control de sordera en los neonatos, Balears lleva más de treinta años realizando otro en los colegios a todos los niños/as que cursan primero de Primaria (6 años de edad). Con este cribaje, que comenzó aquí en el curso 1986-87 y que es reclamado ahora tanto por organismos internacionales como estatales, habida cuenta de que el 20% de la sordera infantil aparece después del nacimiento (y, por tanto el control neonatal no la detectaría), las islas serían la comunidad autónoma pionera en realizarlos ya que en ninguna otra región del país se hacen.
Y con una sustancial ventaja de treinta años sobre la que decida implantar ahora estos cribajes, se congratula la otorrina Carme Medà, responsable de este programa. Sobre los causas de esta prematuridad a la hora de poner en marcha este cribaje auditivo escolar en las islas, la especialista explica que en esos años "no teníamos aparatos tan fiables como los que tenemos ahora para las pruebas neonatales" y que, por ello, se montaron estos controles en todos los centros escolares, ya fueron públicos, concertados o privados.
En el último curso escolar cerrado, el 2016-17, en el que se matricularon un total de 12.067 niños y niñas en el primer curso de Primaria, fueron revisados 10.326 menores y se detectaron 17 casos de sordera permanente. "La cobertura media de este cribaje alcanza el 86%. No llegamos al cien por cien por diversas causas como pueden ser las ausencias a clase en el día de las revisiones, falta de autorización por parte de sus padres o porque los niños ya están en el programa por su inclusión en el cribaje neonatal", explica la especialista.
A nivel general, Medà revela que una de las causas más frecuentes que se encuentran detrás de la sordera infantil, en alrededor del 75% de los casos, es la genética. "Una de cada treinta personas es portadora del gen de la sordera, aunque oiga con normalidad. Pues bien, es necesario que dos personas portadoras de este gen formen pareja y ambas lo trasmitan su hijo para que éste acabe siendo sordo", aclara Meda.
Causas
Otro de los motivos puede ser que la madre haya contraído una infección durante el embarazo -un Citomegalovirus, detalla la otorrina, que provocará una sordera posterior en un bebé que nacerá con su sentido corporal aparentemente intacto. "En estos casos, al niño se le hace un férreo seguimiento hasta los dos años de edad independientemente de que haya superado sin problemas el cribaje que se le ha hecho al nacer", subraya Medà.
La especialista detalla que en las escuelas realizan unas audiometrías distintas. "Hacemos una prueba para mirar el conducto y el tímpano, otra para ver si hay moco en el oído y una tercera para comprobar cómo oye. Y detectamos otitis que producen sordera aunque ésta es reversible ya bien sea con tratamiento médico o quirúrgico", se congratula la otorrina, que añade que también diagnostican en estos cribajes sorderas por afectación del oído interno. Los resultados reflejan que un 2% de los niños han desarrollado una sordera a consecuencia de las otitis y que 4 de cada mil menores tendrán una sordera permanente.
