Los 650 kilómetros cuadrados de praderas de posidonias de Balears están más protegidos después de que el Consell de Govern aprobara ayer el decreto sobre su conservación, en el que se fijan las nuevas reglas de juego respecto a las actividades que se van a poder desarrollar en estos espacios, bajo la amenaza de recibir las sanciones ya existentes en la legislación estatal y autonómica. Según puso de relieve el conseller de Medio Ambiente, Vicenç Vidal, se trata de una normativa “pionera” en el conjunto del Mediterráneo. Pero entre las asignaturas pendientes que quedan para este departamento está el compromiso de mejorar la cartografía submarina existente, para lo que no se fija una fecha límite.

Sanciones de hasta dos millones

Un decreto no puede fijar nuevas sanciones, así que lo que hace es recoger las ya contempladas en la ley estatal de patrimonio natural y biodiversidad y la autonómica para la conservación de espacios de relevancia medio ambiental (que van de los 100 euros a los dos millones). Pero fija las nuevas condiciones para la preservación de la posidonia y cuyo incumplimiento puede dar lugar a esas multas, e incorpora como infracciones la alteración de este hábitat por anclaje o por sistemas de acuicultura, y el vertido de productos químicos o de aguas insuficientemente depuradas si alteran estas zonas, por citar algunos ejemplos.

El decreto marca las praderas de posidonia en dos categorías, y serán de alto valor, con todos los fondeos prohibidos, y las que tendrán regulación. Las primeras incluyen, por ejemplo, la zona de Cabrera.

Entre las actividades que quedan prohibidas se cita la pesca de arrastre, la extracción de áridos, el vertido de materiales dragados, el fondeo incontrolado, además de nuevas actividades de ingeniería o nuevos emisarios submarinos si afectan a estos espacios.

Por contra, se contempla la posibilidad de instalar campos de boyas de bajo impacto, la pesca profesional autorizada y el fondeo de embarcaciones de pesca profesional de artes menores, entre otros.

Los encargados de controlar que las nuevas reglas se cumplen serán el servicio de agentes de Medio Ambiente, y las direcciones generales de Espacios Naturales y de Ordenación del Territorio.

El conseller puso de relieve que Balears es desde hace dos veranos la única zona del país en el que existe una vigilancia sobre las praderas de posidonia. Hay que tener en cuenta que Balears tiene la mitad del total inventariado en España. Un punto polémico es el compromiso que la Conselleria ha tenido que adquirir de mejorar la cartografía de estos espacios, sin fecha para ello, aunque Vicenç Vidal recordó que ya hay una existente. Además aseguró que el decreto no ha generado discrepancias en el seno del Govern.