El detective privado Juan Carlos Cabanach confirmó ayer a la Policía que las dos cámaras de grabación localizadas en el despacho del presidente de la Autoritat Portuària, Juan Gual de Torrella, las había instalado él a petición de la propia empresa pública. Un encargo que realizó hace cinco años, coincidiendo con la investigación de corrupción que se estaba realizando sobre los anteriores responsables de la administración portuaria de Balears.

Fue el anterior presidente del organismo público, Alberto Pons Fernández, con la autorización del Consejo de Administración de Ports, el que encargó a la empresa de seguridad la instalación de dichos artilugios de seguridad. Pons sospechaba que por la noche entraban en su despacho para analizar documentación y, como método de seguridad para poder saber quién era el intruso, decidió instalar ese sistema de vigilancia. Por ello, encargó a Cabanach que colocara dos pequeñas cámaras de vídeo y grabación de sonido, que estuvieran conectadas a un sistema interno. Este aparato, que es muy pequeño, está conectado a un disco duro externo que fue camuflado en el cuarto de baño. Este sistema no está conectado a ninguna red informática, por lo que es imposible que desde el exterior se puedan observar las imágenes que capta la cámara del interior del despacho. La imagen únicamente se puede observar directamente desde dicho disco duro.

El detective Cabanach acudió ayer a la Policía al tener conocimiento de que otro investigador privado, contratado por Gual de Torrella, había localizado estas dos pequeñas cámaras de grabación. El presidente de la Autoritat Portuària sospechaba desde hacía algunas semanas que un detective le estaba espiando y temía que hubiera cámaras ocultas en su propio despacho. Por ello, contrató los servicios de esta empresa privada especializada en localización de este tipo de cámaras.

Dos cámaras internas

Fue el propio presidente de la Autoritat Portuària el que puso en conocimiento de la Policía el descubrimiento de estos artilugios de grabación en su despacho. La Policía envió desde Madrid a Palma a un grupo especializado en este tipo de investigaciones. Los agentes confirmaron la presencia de estas dos cámaras, así como del disco duro. Se constató que no existía ninguna conexión externa.

De esta forma se desmontaba la teoría de que alguien externo, que no estuviera directamente relacionado con la propia Autoritat Portuària, hubiera contratado los servicios de un especialista para colocar sistemas ilegales de espionaje. En realidad, las cámaras halladas en el despacho público responden a un sistema de protección que tenían como objetivo confirmar si alguien entraba ilegalmente por la noche en el citado despacho. En ningún caso, se trataba de un sistema de espionaje, como indicó el detective que las instaló ayer a la Policía. Cabanach, de hecho, confirmó a los investigadores que los aparatos intervenidos eran los mismos que había instalado hace cinco años, a petición de su cliente.

Además de Cabanach, el anterior presidente de la Autoritat Portuària también acudió ayer a la Policía para aclarar los hechos. Alberto Pons detalló que durante su mandato sospechó de algunos movimientos extraños y creía que por la noche, cuando no estaba, algún desconocido entraba en su despacho para mirar los papeles. Fue un encargo oficial, abonado con fondos públicos a través de la correspondiente factura oficial.

Sin embargo, Alberto Pons reconoció que no había informado a su sucesor en el cargo de dichas cámaras y que al abandonar la presidencia las dejó en el mismo lugar donde habían sido instaladas. Con esta información, la Policía descarta que se espiara en el despacho de Gual de Torrella.