El departamento de Medio Ambiente del Consell de Mallorca ha retirado el Plan Director de Residuos no peligrosos del pleno de mañana viernes, en el que estaba previsto aprobar este documento, que planifica la gestión de todos los desechos no peligrosos de Mallorca.

La institución insular negó ayer que esta acción tenga que ver con la falta de un plan económico, y fuentes del propio Consell insistieron en que "si que existe el informe". El hecho es que este diario avanzó las reservas del departamento de Intervención sobre el impacto económico que pueden tener algunas de las prescripciones que figuran en el plan, y que incluyen el cierre a medio plazo de dos hornos de la incineradora, gracias a una supuesta mejora en la gestión de los residuos, ya sea mediante la reducción como con una separación más eficaz.

Según el Consell, el motivo principal de este aplazamiento es la necesidad de retocar el documento y eliminar los anexos "referentes a las directrices de planificación y prevención de residuos no peligrosos", ya que según afirmaron hacen referencia a servicios y actividades externas al servicio público que presta la institución. Técnicos del Consell habían alertado sobre este aspecto, según la institución, y se decidió eliminar los anexos "por motivos de prudencia", afirmaron.

El Consell espera que con la aprobación de la Ley de Residuos, ahora en trámite, "se clarificaran las competencias" y, por tanto, la institución considera muy probable que se puedan recuperar los anexos eliminados.

Unión Europea

Sea como fuere, el Consell necesita aprobar con la mayor celeridad el documento que regula la gestión de los residuos en Mallorca, puesto que la Unión Europea ya ha advertido a España que a causa de la lentitud en la reforma de los planes de diferentes comunidades como la balear, acabará en los tribunales. De hecho a principios de junio la Comisión Europea (CE) anunció que denunciará a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) por no establecer ni revisar los planes de gestión de residuos previstos en la normativa comunitaria en Balears, Aragón Canarias, Madrid y Ceuta. España tenía que haber puesto en marcha y revisado los planes de gestión de residuos, que en algunos casos incumplen las propias directivas europeas en la materia.

En el caso del documento que se pretendía aprobar este viernes y que queda ahora en el aire, se trata de una nueva versión de los planes que en su día consagraron la incineración como modelo. La consellera Sandra Espeja, el día de la presentación del nuevo plan, afirmó que a medio plazo se llegarían a cerrar dos de los cuatro hornos de la incineradora de Son Reus, si bien no detalló cómo se resolvería la actual fórmula que vincula al Consell y a la adjudicataria Tirme, y el impacto económico en caso de tener que reformar un contrato que rige hasta 2041, si se acaban produciendo cierres parciales de la incineradora.

En todo caso, los datos de residuos de Mallorca registran un crecimiento ininterrumpido en los últimos años, y solo los que coincidieron con la crisis, y por tanto, con una reducción en el consumo consiguieron alterar la tendencia. Con la recuperación económica llegaron de nuevo más toneladas de basura.

Espeja presentó la semana el nuevo Plan de Residuos No Peligrosos con el objetivo de intentar reducir entre 300.000 y 430.000 toneladas de desechos en los próximos años. Para conseguir esta reducción de residuos, fijada en un 10% en 2020 y un 50% en 2030 con respecto a las cerca de 800.000 toneladas que genera anualmente Mallorca, el nuevo plan apuesta de manera decidida por la recogida selectiva de la materia orgánica.