Ni a las patronales turísticas, ni a los colectivos ecologistas, ni a los partidos de la oposición. A nadie le ha gustado el Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos que presentaron el miércoles el presidente del Consell, Miquel Ensenyat, y la consellera insular de Territorio, Mercedes Garrido, y que el pleno tiene previsto aprobar inicialmente dentro de una semana. Las críticas han llegado desde todos los frentes.

La patronal del alquiler turístico, Habtur, advirtió ayer su preocupación ante el patrón de densidad que incorpora el documento ya que, en su opinión, hará imposible conceder nuevas plazas en determinadas zonas de Mallorca. "Las decisiones que está tomando el Pacte respecto del alquiler vacacional están llevando a que se perpetúe el modelo hotelero", aseguró su gerente, Maria Gibert, por lo que creen "se impide un reparto real de la riqueza dentro de la sociedad balear".

La lectura difiere dependiendo del colectivo, y si bien el GOB y Terraferida recuerdan que se abre la puerta a 43.000 nuevas plazas, 28.000 para alquiler turístico, Habtur se queja de que "a las puertas del final del proceso vemos como se dejará fuera a muchísima gente". De hecho, la patronal amenaza con que lo único que se conseguirá con este plan será "la creación de una economía sumergida sin ningún tipo de control".

Los ecologistas insisten en su petición de que se elimine la bolsa para 43.000 nuevas plazas. "El PIAT da cobertura a un incremento espectacular de plazas nunca visto en otro período histórico después de más de un siglo de turismo", asegura Terraferida. En este sentido, recuerdan que la legislatura empezó con 288.747 plazas turísticas legales y que cuando se hayan repartido las 43.000 que propone el PIAT, Mallorca tendrá 430.000.

La eliminación de la bolsa de plazas "y dejarla a cero" no es su única propuesta. También piden que por cada plaza nueva que se conceda se den dos de baja, multiplicar por diez el número de inspectores turísticos y hacer inedificable el suelo rústico donde, apuntan, quedan más de 100.000 parcelas edificables con capacidad para 400.000 plazas.

La Federación Empresarial Hotelera prefiere analizar con detenimiento el documento que se llevará a aprobación inicial el próximo viernes antes de hacer un análisis concluyente. En cualquier caso, la vicepresidenta ejecutiva de la Federación, María José Aguiló, señaló su descontento con el peso que da la bolsa de nuevas plazas al alquiler turístico, un modelo que "no crea el valor económico que crea el hotelero". En cuanto a la incorporación de Cala Millor-Cala Bona-Son Moro, Cala MillorCala BonaSon Moros'Illot a la lista de zonas maduras saturadas, "suponemos que habrá un estudio que haya permitido llegar a esta conclusión". En cualquier caso, en relación a la obligación que establece el PIAT a redactar Planes de Reforma Integral para las zonas maduras y saturadas, Aguiló recuerda que "la reconversión de determinadas infraestructuras públicas es una reivindicación".

Oposición

El PP y El Pi también arremetieron ayer con dureza contra el PIAT presentado el miércoles por la consellera Mercedes Garrido. El portavoz de El Pi en el Consell, Antoni Pastor, acusa al Pacto de Izquierdas de "tener fobia al alquiler turístico por la influencia de Podemos". Pastor augura "efectos muy negativos" para la economía de las islas de aprobarse este Plan. Por su parte, el portavoz del PP, Mauricio Rovira, aseguró que se trata de un instrumento "con el único y claro objetivo de añadir prohibiciones, ya que sólo permitirán 28.000 plazas de alquiler turístico y 15.000 hoteleras". Rovira acusó al PSIB de "bajarse los pantalones ante Podemos y Més".

Mercedes Garrido salió al paso de las críticas apuntando que si el PIAT no le gusta ni a las entidades ecologistas ni a la oposición y la patronal tampoco "es que hemos conseguido un término medio adecuado en la regulación del alquiler turístico".