Hace siete años la conselleria de Educación hizo una foto del ambiente en los institutos de las islas. El año pasado encargó a la Universitat que hiciera la misma foto y las ha comparado.
Y la evolución en general es muy buena. Todo parece ir como la seda: según las encuestas hechas, ha mejorado la convivencia general de los institutos; ha crecido el número de profesores que se enorgullecen de su centro (95%), así como la satisfacción de los estudiantes (75%); ha bajado el porcentaje de alumnos que dicen haber agredido a algún compañero; se han incrementado las actividades para gestionar la diversidad y así lo certifican los estudiantes...
Un dato sin embargo empeora "y preocupa": crece el número de jóvenes que aseguran no tener ningún amigo. Si en 2010 un 2% de los alumnos aseguraba que no tenía amistades en el centro, en el actual estudio esa proporción ha crecido al 8,6%. Y un 10% dice tener solo un amigo (frente al 3% de hace siete años).
El dato inquieta ya que el aislamiento es una de las características que se repite en el perfil de las víctimas del acoso escolar, indicó ayer Marta Escoda, directora del Institut per a la Convivència i l'èxit Escolar (Convivèxit), en la presentación del estudio sobre convivencia.
¿Por qué va al alza el número de adolescentes que no tienen amigos? La hipótesis de Educación es que, una vez más, las escuelas son el reflejo de una sociedad "cada vez más individualista". Martí March, conseller de Educación, vinculó esta tendencia al uso de las nuevas tecnologías: a pesar de la hiperconexión, apuntó, "la sociedad se siente cada vez más sola, y los adolescentes, también".
Tanto la experta en convivencia escolar como el director general de Comunidad Educativa, Jaume Ribas, indicaron que este aislamiento puede generar situaciones de riesgo, con lo que es necesario "fomentar la amistad" y "que todo el mundo se sienta acogido y tenga a alguien de confianza".
Por ejemplo, se mencionó la introducción de "dinámicas de patio" y March subrayó que hay cada vez mayor preocupación por el uso que hacen los menores con su tiempo de ocio, especialmente aquellos que están riesgo social: "No es tiempo escolar, pero sí educativo", concluyó.
Para hacer este estudio los investigadores de la Universitat han entrevistado a 2.156 alumnos; 37 orientadores; 38 integrantes de equipos directos y 95 docentes, de 25 centros públicos y concertados de Balears. Las familias no han sido encuestas "porque complicaba mucho el estudio".
Un dato celebrado por los responsables de Educación es que un 82% de los jóvenes dice no haber sufrido acoso escolar en los últimos dos meses (en 2010 eran el 76%). Así un 18% dice haber sufrido acoso escolar, un porcentaje muy elevado teniendo en cuenta que el protocolo contra el acoso escolar se ha activado 420 veces.
¿Por qué? Escoda recordó que desde su entrada en vigor, el protocolo "cada vez se aplica más" porque los centros lo conocen más y están sensibilizados. Sobre este descuadre, indicó que el fenómeno se mira de diferentes maneras y aunque reconoció que puede haber casos que aún queden ocultos, Ribas razonó que en las entrevistas puede haber influido que los chavales confundan una situación de agresión verbal o física puntual con bullying, que implica reiteración y constancia en el tiempo.
Por ello, en este estudio Educación ha considerado que el número de víctimas de acoso es de un 4%, que son los que han dicho sufrirlo "con frecuencia" o "muchas veces" (no se contabiliza a ese 13% que dice haberlo sufrido "poco"). Así, el descenso que constata la conselleria es del 38,5%.
En cuanto a los menores agresores, si ahora un 4% dice haber acosado a algún compañero, en 2010 lo reconocía un 6,6%.
El estudio refleja la posición del resto de alumnos ante un episodio de violencia: la mayoría (un 72,5%) asegura intentar detener la situación, una tendencia que se da más entre las estudiantes. Escoda destacó como "especialmente significativo" que ha crecido (del 30 al 47%) esta postura por parte de alumnos que actúan aunque la víctima no sea amiga suya. Si embargo, crece el número de chavales (del 16 al 20%) que "no hacen nada".
March insistió en la necesidad de trabajar los valores de convivencia y tolerancia "al vivir en una sociedad cada vez más compleja y diversa".
