El Servei de Salut contabilizó el año pasado un total de 425 agresiones al personal sanitario de esta comunidad. Una cifra en la que incluye las agresiones verbales (278), las simbólicas (66), esto es, gestos insultantes como una peineta o un corte de manga, las económicas que engloban los daños materiales ocasionados durante el ataque y las 61 agresiones físicas registradas que, subrayaron desde el IB-Salut, tan solo suponen el 14,3% del total.

Por colectivos profesionales, las enfermeras fueron la principal diana de las iras de los pacientes violentos con un total de 141 agresiones. Les siguen los médicos, que fueron objeto de 122 ataques, los auxiliares de enfermería, con 81 actos violentos en su contra, y los administrativos, que sufrieron las iras de personas ofuscadas en 46 ocasiones durante el año pasado.

Los escenarios de las agresiones también son variados, pero tres lugares fueron los preferidos o consiguieron encender más los ánimos de unos usuarios que no supieron controlarlos: los servicios de Urgencias concentraron 95 de los 425 ataques del año pasado aunque, curiosamente, fueron las urgencias de Atención Primaria donde más conflictividad se generó (25 ataques), por encima de las de Son Espases (20) o las de Son Llàtzer (22). En segundo lugar se situaron las consultas médicas, con 94 agresiones, y 92 se produjeron en alguna de las plantas hospitalarias del IB-Salut.

Psiquiatría y Admisión

Estas tres ubicaciones concentraron más de seis de cada diez agresiones perpetradas en esta comunidad contra el personal sanitario. También llama la atención que 32 de los ataques, fueran del tipo que fueran, se produjeran en los diferentes servicios de Psiquiatría y no tanto que 41 de ellos tuvieran como escenario los servicios de admisión donde se realizan los primeros filtros y se requieren los datos de los pacientes.

Y las salas de curas, donde los pacientes son restañados por personal de enfermería, concentraron un total de 11 ataques en 2017.

Por niveles asistenciales, en los centros de salud se produjeron 218 agresiones mientras que en los hospitales públicos se dieron 206 ataques. El que falta para completar la cifra se dio durante una asistencia realizada por los servicios de emergencias del 061.

También es reseñable que 58 de las 66 agresiones simbólicas (gestos denigrantes) se produjeran en los centros de salud de Mallorca, circunstancia que no se dio en ninguno de los de las otras islas.

Las agresiones físicas se dieron más habitualmente en Son Espases (27) seguido del comarcal de Manacor (11) y el de Inca (7). En Son Llàtzer se registraron 5 ataques, 6 en los centros de salud de Mallorca, 4 en los menorquines y una agresión durante un domicilio realizado por una ambulancia del 061.