Cuatro hombres que a simple vista podrían parecer cuatro extranjeros jubilados más de los miles que pasan sus vacaciones de verano en Mallorca. Llegados en crucero y degustando coca de trempó en Valldemossa. Con gorra y mochila colgando. En realidad, cuatro mentes brillantes de nuestro tiempo, responsables de hallazgos que han cambiado y prometen seguir cambiando la ciencia y nuestra concepción del mundo. Hombres que serán responsables, por ejemplo, de los avances contra el cáncer o de las respuestas que se obtengan sobre el origen del universo. Cuatro premios Nobel, juntos en Mallorca.

El centro cultural Costa Nord de Valldemosa fue ayer el escenario de la clausura del IV Congreso Internacional de Investigaciones Interdisciplinares a cargo de la Real Academia de Doctores. Un evento que brilló, sobre todo, por la insólita presencia de cuatro nóbeles en la isla. De hecho, algunos de los asistentes se hacían la pregunta y trataban de repasar si se había repetido antes semejante coincidencia y no. Muchos son los nóbeles que han pasado por la isla, pero cuatro juntos, nunca.

Los cuatro nóbeles reunidos ayer en la isla fueron el físico norteamericano Jerome Friedman, reconocido con el Nobel en 2009 por el descubrimiento de las partículas subatómicas quark; el también físico, Barry Barish, el rostro del hallazgo de las ondas gravitacionales, al frente del grupo de investigación LIGO, del que también participó la Universitat de les Illes Balears (UIB), premiado con el Nobel en 2017; el químico Richard Schrock, galardonado con el Nobel de Química de 2005 por sus investigaciones sobre el intercambio de átomos entre moléculas; y el bioquímico israelí Aaron Ciechanover, galardonado en 2004 por el descubrimiento de las funciones de la proteína ubiquitina en la degradación celular y trabajando en la actualidad en la investigación de tratamientos contra el cáncer.

"Motivar a los jóvenes"

A preguntas de los medios, los cuatro reivindicaron el papel de la ciencia, pero sobre todo de la educación, así como la colaboración de los medios de comunicación, para combatir el fenómeno de la postverdad. "Tal vez seamos el último muro, pero hay que luchar por la verdad, por detectar las mentiras, y sólo podremos hacer eso educando al público", defendió el químico Richard Schrock, un punto en el que coincidieron los otros tres premios Nobel. Con ellos, estuvo la expresidenta de Ecuador Rosalía Arteaga, que reivindicó el papel de la educación.

Precisamente, desde la organización del congreso, José Ramón Calvo explicó que la presencia de los nóbeles busca "motivar a las generaciones más jóvenes con personas caracterizadas por su curiosidad, por su perseverancia y por su pasión por el trabajo". "Los cuatro podrían por su edad estar ya jubilados y sin embargo todos siguen en activo", comentó.

La presencia de los cuatro nóbeles en Mallorca tiene lugar como colofón a un congreso en el que a través de crucero han ido por distintas ciudades del Mediterráneo ellos y otros investigadores presentando los resultados de sus trabajos. Tras el acto ante los medios en Valldemosa, los cuatro compartieron junto a investigadores y autoridades un cóctel. No probaron la típica coca de patata de Valldemossa, pero sí pudieron degustar coca de trempó.