"La llegada de los 25 refugiados es inminente, podría ser hoy, mañana o el lunes", afirmó ayer la consellera de Cooperació y Serveis Socials Fina Santiago durante la visita que hizo junto a la presidenta del Govern, Francina Armengol, y el presidente de Creu Roja de Balears, Antoni Amengual, al convento de Son Rapinya, que acogerá a 25 de los 629 inmigrantes del buque Aquarius, que desembarcó en España el pasado 17 de junio.

Las autoridades apuntaron que desde que el gobierno central "cambiase la dirección en política de inmigración", el Govern ha puesto a Balears a su disposición como tierra de acogida, "ya se vio con el albergue de la Platja de Palma", apuntó Armengol. Además, la presidenta exige que la situación del Mediterráneo "no se puede consentir por más tiempo".

La consellera explicó que el Govern ha alquilado el convento de Son Rapinya para los próximos siete años con fines sociales, aunque el convenio de colaboración con la Creu Roja para la acogida de los inmigrantes es de dos años. "En este tiempo queremos ver cómo evoluciona la política migratoria del Estado", según Santiago. Además, "con los inmigrantes se utilizará el protocolo estatal de refugiado", por lo que las 25 personas entrarán en una primera fase de acogida que se prolongará seis meses y, en los siguientes 18 o 24 meses, "estarán en la fase de integración", donde se les buscará "municipios y barrios para instalarse". La consellera apuntó que la segunda fase suele dar más problemas, "ya que nos encontramos con una falta de viviendas y habitaciones".

Por su parte, el presidente de la Creu Roja de Balears explicó el proceso que seguirán los inmigrantes en el convento, "se les dotará de las necesidades básicas, asistencia jurídica y psicológica...necesidades básicas, asistencia jurídica y psicológica... lo que necesiten", apuntó Amengual.

El responsable de la institución humanitaria balear destacó que los ocho trabajadores a jornada completa del convento "enfatizarán dos ejes con los 25 inmigrantes". Por un lado se trabajará la formación, "sobre todo con el idioma", y por el otro lado les ayudarán con la inserción laboral.

Amengual explicó que, desde que en abril de 2016 Balears acogieran a los primeros inmigrantes con estatus de protección internacional, han insertado laboralmente a "casi el 40% de esas personas". Además, el presidente de la Creu Roja agradeció la colaboración del Govern y de los más de 60 voluntarios que ayudan al proyecto, que "después de dos años se ha consolidado".

Desde la llegada de los primeros inmigrantes con protección el 26 de abril de 2016 han pasado un total de 211 personas con este estatus, y actualmente hay 46 en albergue de la Platja de Palma.

El convento donde se alojarán los 25 inmigrantes es propiedad de las Hermanas de la Caridad de Son Rapinya y tiene 930 metros cuadrados. Está estructurado en tres pisos, donde la planta baja y la segunda son para habitaciones (nueve dobles y siete individuales) y la primera planta está dedicada a zonas comunes, con cocina, comedor, salas de estar y un patio interior.

La presidenta de la asociación de vecinos de Son Rapinya, Marisa Bonache, apuntó que "están muy contentos de tener a estas 25 personas", ya que "han pasado un verdadero calvario hasta llegar aquí". Aun así, explicó que ciertos sectores del barrio son contrarios a su acogida, "hay un cierto rechazo a lo desconocido", afirmó Bonache.